Las Turbulencias de Javier Losilla: Échate un cantecito, primo

Contra la gloria efímera, el arte inmarcesible y permanente

Richard Melville, Moby, parece buscar el alma de las canciones en su nuevo disco.

Richard Melville, Moby, parece buscar el alma de las canciones en su nuevo disco.

Javier Losilla

Javier Losilla

El paisaje crepuscular informa las canciones de Guadalupe Plata; La Priest, por circunstancias ajenas a su voluntad, terminó grabando su tercer disco en México y Costa Rica; Moby da nueva vida a un puñado de sus grandes canciones; Kiko Veneno, a punto de tirar la toalla, resucitó artísticamente con Échate un cantecito; Sinatra triunfó, cayó en el pozo del olvido y salió de él para ser eterno, e Iván de la Nuez escribió sus memorias de ultratumba después de que, estando vivo y coleando, certificaran su muerte. Eros y tánatos. O el efecto mariposa. ¡Qué sabe nadie!

«La vida y la muerte bordada en la boca», cantó Serrat con sentido. La vida y el misterio, lo profano y lo sagrado y, fundamentalmente lo liminal atraviesan la obra de Guadalupe Plata, que vuelve por sus fueros (formato dúo, como antaño), con su séptimo álbum de estudio (Everlasting), sin nombre, como sus predecesores, por mucho que la portada induzca al error de La Ruina. Guadalupe, el blues que sale de las tripas como un devil in disguise, con arrebatadoras canciones propias, visiones del folclore castellano ('La cigüeña') y latinoamericano ('El cóndor pasa'), e inspiraciones de una espiritualidad arrebatadoramente laica ('Stabat Mater'), sobre el gozoso himno de la Cofradía de la Soledad de la Semana Santa de Úbeda. Guadalupe Plata es el cruce, la mixtura, el revoltijo que ronda por los parajes del sur en un colocón emocional que aúna la negritud con el folclore. «Al infierno que tú vayas, al infierno voy contigo, porque yendo en tu compañía llevo la gloria conmigo». Se es Guadalupe Plata o no se es. El resto es otra cosa, Mari.

La Priest y Moby

La Priest es Sam Eastgate, exLate Of The Pier y otros ex, que ahora ataca con 'Fase Luna' (Domino / Music As Usual), su tercer disco. No suenan en él sus habituales sintetizadores, pero sí guitarras facturando envolventes vibratos y la percusión de Carlos Gabriel Favela Manzano. Hay aquí curiosas historias de amores oceánicos porque el mar, la nostalgia y la reformulación mecen las canciones, suaves a veces, vigorosas otras, agitadoras siempre. No son postales para turistas sino 'soundscapes' conectados con algunas construcciones mitológicas. El océano es una piscina con sirenas, parece.

Moby graba para Deutsche Gramophon (no es la primera vez), afirmando su condición de clásico. Así, en 'Resound NYC', el mago de la electrónica orquesta 14 piezas propias y una ajena (Helpess, de Neil Young), dando a composiciones creadas y grabadas en Nueva York entre 1994 y 2010, nuevos recorridos. Mas no se asusten, no es este un trabajo estrictamente sinfónico. Artistas como Gregory Porter, Marisha Wallace, Lady Blackbird, Ricky Wilson, entre otros ponen sus voces al servicio de hermosas piezas que enfatizan el original, lo transforman, lo alargan o lo acortan, lo oscurecen, lo hacen más brillante, lo mecen hacia el jazz, se acercan a él, varían su tempo, cambian su instrumentación... Pero cada revisión es un hermoso renacimiento. El genio de Moby no desfallece.

Fotograma del documental 'Un día Lobo López'.

Fotograma del documental 'Un día Lobo López'.

Kiko Veneno y Pete Hamill

Kiko Veneno estuvo a punto de tirar la toalla porque sus canciones no calaban en el gran público. Una llamada a Santiago Auserón cambió su rumbo. Resultado: la gestación de 'Échate un cantecito' (1992), el álbum que le acercó a las mayorías. De eso trata el documental 'Un día Lobo López', dirigido por Alejandro G. Salgado y que pueden disfrutar en Movistar y enterarse de cómo un supositorio para los vértigos dio origen a una canción. Y ya de paso, en la misma plataforma, pongan vista y oído a 'Solo en Sevilla', concierto que celebra el 70 aniversario de Kiko, en compañía de Raimundo Amador, Antonio Smash y otros amigos.

El cubano residente en las españas Iván de la Nuez es uno de los ensayistas más lúcidos que pueda uno leer en nuestro idioma. Tanto, que escribe después de muerto, sugerentes reflexiones sobre lo humano y lo casi divino, y atrapantes historias personales. Todo eso está en 'Posmo' (Consonni), de post morten, no de postmoderno, ya que a Iván le extendieron en La Habana, estando bien vivo, un certificado de defunción. «Caballero, eso me tumba, apenas sintió la conga el muerto se fue de rumba», se cantó en Cuba. ¡Denle!

Me gusta como escribía Pete Hamill (1935 -2020) y me encanta que en 'La Voz. Por qué importa Sinatra' (Libros del Kultrum) solo necesitara menos de 200 páginas para trazar un retrato brillante de la vida, la obra y la magia de Frank Sinatra. Hamill, colega de correrías Frank, sintió la necesidad, cuando falleció el artista en 1998. Fue entonces cuando publicó el libro que nos ocupa, traducido inicialmente al español para México por Jorge F. Fernandez, y que ahora se edita en España. El mundo que modeló a Sinatra, y el Sinatra que conquistó el mundo. Soberbio.