ROCK & BLUES

Crítica del concierto de Guadalupe Plata: La ruina y el éxtasis de la gloria

Toda la actuación fue un epítome de agitador primitivismo contemporáneo

Guadalupe Plata, en una imagen de archivo, actuó en el Rock & Blues el viernes.

Guadalupe Plata, en una imagen de archivo, actuó en el Rock & Blues el viernes. / DAVID MOYA

Javier Losilla

Javier Losilla

En el nuevo y reciente disco del dúo (trío que fue en algún momento de su carrera) de Úbeda Guadalupe Plata una serpiente enroscada simula un juego parecido al de la Oca. En sus casillas se anotan los nombres de las canciones y el final del recorrido, que coincide con la cabeza del reptil, es brutalmente explícito: no nos topamos con el triunfo sino con La Ruina. El antropólogo francés Marc Augé, en su libro 'El tiempo en ruinas', viene a decirnos, refiriéndose al arte que la ruina es un tiempo sin historia, un tiempo duro del que solo puede tomar conciencia el individuo. Un tiempo en conflicto, podríamos decir, refiriéndonos a la obra musical de Guadalupe plata, pues el cosmos sonoro de Pedro de Dios (guitarra y voz) y Carlos Jimena (batería), con la participación en percusiones menores de Luis Arióstegui, 'El Pantera', construido sobre las ruinas simbólicas del blues y del folclore (andaluz, aunque no solo de esos territorios) es paradigma de conflicto, de choque, de disidencia, de perturbación.

Guadalupe Plata, que el viernes presentó en la sala Rock & Blues el mencionado nuevo álbum, de título homónimo como sus predecesores, es paradigma de ese tiempo de conflicto al que se refiere Augé, pues las partes que entran en juego en sus canciones, lejos de conformar una reconstrucción de lo que ha sido, ofrecen una producción original en la que los conceptos de inestabilidad y transición dan origen a un revoltoso flujo musical. Lo importante en Guadalupe Plata es la corriente emocional que establece en sus conciertos, mucho más violenta (en el sentido nietzschiano, como fuerza creadora, como recuperadora del el origen de la tragedia) que en sus grabaciones. De ahí que poco importa que en las canciones con texto, éste, por su ininteligibilidad, funcione como una construcción onomatopéyica más que como una producción de sentido.

En carne mortal

Decir que en el programa del viernes, en el que no faltaron los guiños a canciones antiguas, destacaron piezas como 'La cigüeña' (recopilada por Agapito Magazuela del patrimonio popular castellano) y 'Al infierno que vayas' (con letra procedente de universo flamenco) no connota mucho, pues todo el concierto fue un epítome de agitador primitivismo contemporáneo (disculpas por el oxímoron). Guadalupe Plata, en carne mortal, levanta sobre los escombros de la Historia la escalera que conduce al éxtasis de la gloria. ¡Dale!