David López (dibujante nominado a un Eisner): "Hacer todo el rato historias de otros no funciona muy bien"

El artista afincado en Zaragoza, que ya estuvo nominado en 2018, opta por segunda vez a uno de los Oscars del cómic

El dibujante David López reside en Zaragoza, donde ha formado familia desde hace muchos años.

El dibujante David López reside en Zaragoza, donde ha formado familia desde hace muchos años. / EL PERIÓDICO

Noe Ramón

David López nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1975 de forma un tanto accidental, porque su familia es de Palencia y él ha pasado buena parte de su vida en Zaragoza, donde reside actualmente. Acaba de ser nominado por segunda vez para los premios Eisner, que son considerados los Óscar del mundo del cómic.

La primera vez en la que fue elegido tuvo lugar en 2018 por la serie 'Mystic' pero no pudo ser y ahora opta al premio en la categoría Mejor Número Único por la publicación 'Caballero Luna', que contiene varias historias de distintos dibujantes.

No va a ir a la ceremonia, que tiene lugar en la localidad californiana de San Diego, porque se trata de una cita tan multitudinaria que, con el tiempo, se ha convertido en «inhumana» y «gigantesca», según sus propias palabras. «La verdad es que me da mucha pereza moverme entre tantísima gente y luego están las razones de logística; los vuelos son carísimos y a estas alturas ya sería imposible encontrar alojamiento», prosigue.

Una carrera "atípica"

Los Eisner cuentan con infinidad de categorías, no implican ningún reconocimiento económico pero son muy valorados a la hora de que los ganadores sean contratados luego por los grandes estudios americanos. López considera que su vertiginosa carrera ha sido «atípica», sobre todo si se tiene en cuenta que ha llegado a trabajar en marcas tan importantes como Marvel y DC para luego recluirse voluntariamente en su propio mundo.

Tal y como hizo en sus inicios, cuando comenzó a elaborar cómics exclusivamente para él y luego pasar a hacer fanzines con amigos. Poco a poco, mejoró su nivel profesional y entró en el mercado norteamericano, la Meca de las historias de los superhéroes, lo que implicó que pudiera vivir exclusivamente de su trabajo. «Todo ha ido hasta ahora súper bien, poco a poco fui consiguiendo mejores contratos», ha trabajado en la práctica totalidad de las «franquicias» de los principales personajes americanos como Batman, entre otros.

Este autor se ha ganado la reputación de ahondar en la parte más sensible de los súperheroes, aspecto que ha sido valorado por los grandes estudios y que, de hecho, es la razón principal de que lo contraten.

"No me centro en las grandes peleas"

«No me centro en las grandes peleas, sino en los momentos en los que sale a flote el lado más humano de los personajes, en describir por ejemplo lo que ocurre en medio de una invasión alienígena cuando muere la pareja del protagonista», dice con naturalidad. Otro hito de su carrera es que toda su obra ha sido publicada en Italia con gran éxito.

En el descomunal mercado norteamericano, a los dibujantes los van emparejando con guionistas según su perfil, razón por la cual precisamente López habla de los superhéroes como una franquicia.

La saturación de esta forma de trabajo ha hecho que haya vuelto a hacer sus propios personajes y guiones, y dar el paso de dibujante a historietista. «Después de unos años, tienes necesidad de emprender otros retos y he decidido elaborar dibujos míos, pero también colaborar con otras personas», señala para añadir acto seguido que no descarta volver de nuevo a los estudios norteamericanos.

Un mundo creativo propio

La diferencia de trabajar con los superhéroes a regresar a su propio mundo creativo lo justifica porque pese a los sueldos más que decentes que se gana con los grandes estudios, «hacer todo el rato las historias de otros no funciona muy bien a largo plazo y por eso al final acabas apostando por las tuyas propias. No es que haya surgido ningún conflicto, sino que ya no estaba dispuesto a participar en una producción industrial».

Es contundente al considerar que la Inteligencia Artificial (IA) supone «un peligro por la apropiación indebida o directamente un robo» de las imágenes que son utilizadas sin contar con ningún tipo de permiso ni reconocer la autoría, al contrario de lo que ya se ha regulado en el mundo de la música o de la fotografía.En los Estados Unidos se han emprendido diversos procedimientos judiciales para que se reconozca la propiedad intelectual de los dibujantes cuyas imágenes son luego utilizadas por la IA.

Menos crítico se muestra sobre la piratería y señala que su propia obra puede ser disfrutada libremente en internet, aunque luego existe un grupo de lectores que lo apoyan económicamente, «y eso genera un vínculo bastante bonito».

A su juicio, el lado positivo de este fenómeno es hacer que la gente se aficione, por ejemplo, a las series de televisión y luego den el paso a comprarlas en DVD o abonarse a los distintos canales de pago. «La piratería crea la costumbre de ver los contenidos que quieras en cualquier momento y a continuación el proceso se acelera», concluye.