Luis Delgado es un músico ilustre, ilustrado e ilustrador (en la segunda acepción que la RAE otorga al término, claro). Compositor, maestro en música antigua (también en otros meneos sonoros) y multiinstrumentista, Luis pone en práctica en cada concierto la vieja pero certera máxima instruir deleitando. Así, la Historia, las historias y las anécdotas de cada pieza del repertorio que ofrece ponen tan en ambiente al escuchador-espectador que la propuesta se disfruta el doble. El sábado, en la Ciudadela de Jaca, el Luis Delgado Sexteto ofreció el sugerente programa 'Danzas medievales en el Camino de Santiago'.

Con Delgado (zanfona, percusión y voces), el vibrante, cantante y violista César Carazo; Jaime Muñoz, a quien no hay flauta (axabeba, kaval, gayda…) que se le resista; Aníbal Soriano, mago del laúd medieval, y las bailarinas de ritmo preciso Mónica Moreno y Gema Rizo, esta última también responsable del diseño de vestuario, dieron forma a un grupo tan compacto como brillante. Muchas de las danzas populares en la Edad Media (farándula, branle, estampie, saltarelo, tarantela…) no eran apreciadas por la Iglesia, pues veía en ellas un reprobable componente sexual, y los poderes laicos. Para los jerifaltes eclesiásticos solo las llamadas danzas de la muerte tenían vía libre, tal vez porque no lograban vislumbrar en ellas el elemento satírico que subyacía tras su función religiosa.

'Ad Mortem, del Llibre Vermell de Montserrat', fue una de esa danzas que disfrutamos el sábado: música y voz para un ritual que comienza de luto riguroso y fantasmal, pero pronto transita por derroteros menos solemnes. Otros bailes gozosos surgieron en 'Steella Splendens', una de las piezas más sobresalientes del citado 'Llibre Vermell'; en la canción tradicional sefardí 'Cuando el Rey Nimrod', sin texto, pero precedida de un hermoso canto; en 'La Dona de França', una de las 'Cantigas de Santa María', de Alfonso X El Sabio, y en 'Dum Pater Familias', del ''Codex Calixtinus', la gran enciclopedia del Camino de Santiago. Excuso decirles que las músicas y cantos que acompañaron a los bailes fueron interpretados espléndidamente, al igual que el resto del repertorio; pero permítanme que, entre el jubiloso tañer de cantigas (algunas de ellas, pese a su carácter mariano, con historias delirantes), romances y composiciones tradicionales varias que conformaron el concierto, destaque, por sus interpretaciones arrebatadoras, el 'Romance de Don Gaiferos', la mencionada 'Cuando el Rey Nimrod' y la tonada andalusí 'Leylum Adjib', de la nuba (actualmente, la música clásica del Magreb) 'Garibat El Hussein'.

Finalizada la actuación, el sexteto tuvo que responder a la intensidad de los aplausos del público con un bis: la 'Cantiga del estudiante de Toro', de Alfonso X El Sabio, que narra un milagro de la Virgen que hoy en día le habría traído problemas (a la Virgen, no a Alfonso). “Estrella que como un rayo resplandeces”. Este comienzo de 'Stella Splendens' bien puede aplicarse al concierto del sábado en Jaca: la belleza de unas músicas medievales que el sexteto de Luis Delgado Sexteto hizo resplandecer atravesando océanos de tiempo.