LA FILOSOFÍA DE UNA POLÍTICA

La apuesta por los minutos de oro culturales de Zaragoza

La política cultural del ayuntamiento liderado por Natalia Chueca busca que la ciudad acoja grandes eventos culturales con el objetivo de «situarla en el mapa español»

La plaza del Pilar en la primera edición del Hola primavera.

La plaza del Pilar en la primera edición del Hola primavera. / LAURA TRIVES

Daniel Monserrat

Daniel Monserrat

ZARAGOZA

La apuesta cultural del Ayuntamiento de Zaragoza comandado por Natalia Chueca es clara y evidente, los grandes eventos buscando colocar a la ciudad en el mapa mediático y que sea capaz de atraer público de fuera de la ciudad. Algo que iba en el programa por el que se presentó la regidora a las elecciones y en el que también dejaba clara que su apuesta era hacer de la plaza del Pilar un lugar donde «pasaran cosas» durante todo el año.

Dentro de esa nueva filosofía nació el festival Hola primavera para dar la bienvenida a la estación con actividades culturales abiertas para todo el público y recubriendo la plaza de césped artificial que llamó la atención. En el pasado Debate sobre el Estado de la ciudad, Natalia Chueca también anunció la creación del festival Zaragoza Luce. Un movimiento artístico mundial que convierte a las capitales en museos de iluminación, y que llegará a Zaragoza en febrero de 2025. Sus instalaciones luminosas cuentan cada una con un mensaje, una historia, representan las inquietudes y valores de un artista, y transforman las calles en una galería de arte de luz.  

Una experiencia inmersiva que, llevada a otro nivel, también es la clave del Monumental Tour que se acaba de presentar y que combinará el arte digital con la música electrónica y el patrimonio. También en la plaza del Pilar.

Vive Latino, WiZink, Zaragoza Florece...

Dentro de esta filosofía cultural hay que encuadrar también la continuidad por la apuesta del Vive Latino que se acaba de celebrar en el recinto de la Expo y en el que tanto el ayuntamiento como el Gobierno de Aragón se han volcado. Y es ahí donde cabe situar también la apuesta porque la nueva Romareda acoja conciertos de primer nivel (la confianza por parte del consistorio de que vengan grandes artistas es absoluta) o incluso el de Bunbury con el que se despidió al vetusto estadio y que consiguió atraer a miles de personas, algunos venidos de Latinoamérica.

También habría que incluir en este apartado el proyecto para un WiZink zaragozano en el entorno de la estación del Portillo. Un proyecto que se anunció al final de la pasada legislatura y cuyo objetivo es, en la misma línea, conseguir atraer conciertos de figuras nacionales e internacionales, pero que, de momento, no ha despegado, y que la oposición (se necesitan sus votos para sacarlo adelante) no acaba de ver claro. Dentro de esa misma apuesta también está el festival Zaragoza Florece, una iniciativa que ya nació en la anterior legislatura, cuando gobernaba el PP también aunque el alcalde era el actual presidente autonómico, Jorge Azcón. 

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