LA SANGRÍA CULTURAL QUE NO CESA
Los talentos musicales que desaprovecha Aragón: "Estaría dispuesto a volver aún con peores condiciones"
EL PERIÓDICO le da voz a tres músicos que han tenido que emigrar para poder dedicarse profesionalmente a lo que han dedicado muchos años de estudio

El oboísta Mariano Esteban, nacido en Calanda. / EL PERIÓDICO

La ausencia de un proyecto público profesional de orquesta sinfónica en Aragón hace que, año tras año, músicos en los que se ha invertido mucho dinero en su formación tengan que emigrar para formar parte de ambiciosos proyectos fuera de nuestras fronteras. EL PERIÓDICO muestra el testimonio de tres destacados músicos que tuvieron que salir de su casa para poder vivir de lo suyo.
Mariano Esteban: «Estaría dispuesto a volver aún con peores condiciones»
Mariano Esteban es ahora mismo oboe solista de la Rundfunk Sinfonieorchester de Berlín en Alemania y uno de los mejores en España de su especialidad. Y es un ejemplo claro de un joven talento aragonés, oriundo de Calanda, que ha tenido que emigrar para poder vivir de la música: «Cuando van pasando los años estudiando música sabes que vas a tener que emigrar, en España hay muy pocas audiciones, pero en Aragón no hay ninguna posibilidad, cero», explica el oboísta, que no entiende que «tengamos ahora mismo unos conservatorios que son buenísimos, mucho mejores que los de Alemania, por ejemplo, con toda la inversión que eso conlleva; que en Zaragoza esté el mejor Auditorio de España y uno de los mejores de Europa y luego no seamos capaces de tener una sinfónica», dice con amargura.
«Es que se quejan de que no hay retorno a esa inversión, y aunque que quede claro que la cultura no tiene que tener un retorno económico, se contradicen. Cuando lo podrían tener, que es aprovechando todo ese talento que has formado, no hacen nada para cerrar el círculo. Prefieren invertir en orquestas de fuera para que actúen aquí que darle la oportunidad a músicos aragoneses. Es algo incomprensible porque podrían empezar poco a poco a ver si la cosa funciona».
La historia de Mariano Esteban es la de tantos músicos aragoneses que ha tenido que emigrar y que aún así, a pesar de todo, piensa en regresar: «Yo estaría dispuesto a volver a Aragón con peores condiciones que las que tengo aquí, en Alemania». Y es que en los países europeos, ahora mismo, cuenta el calandino, «se valoran mucho a los músicos españoles y aragoneses. Con 18 años tenemos un nivel que ni de lejos se ve en países con más tradición como Alemania».
De hecho, el oboísta cuenta que su gente cercana le han visto tocar en muy pocas ocasiones: «Hace dos años me invitó la Orquesta Reino de Aragón a participar con ellos y fue una celebración, vinieron a verme casi 60 personas de Calanda». De hecho, este verano tocará en su localidad natal con la orquesta en el Festival de cine dedicado a Buñuel: «Va a ser el concierto más especial de mi vida, tocar con una orquesta en mi pueblo», asegura emocionado.

La violinista oscense Ana Albero. / EL PERIÓDICO
Ana Albero: "Lo de la Sinfónica ha sido un varapalo para todos"
«En Aragón no veía ninguna opción». Así de rotunda se muestra la violonista oscense Ana Albero, que lleva más de una década en Turquía, concretamente en la Orkestra Akademik Baskent de Ankara. Aunque sabía que tenía que salir de la comunidad para poder vivir de la música, que acabara en Turquía fue «pura coincidencia. Conocí al que hoy es mi marido en un encuentro de músicos en Holanda y cuando tuve que tomar la decisión de dónde ir me fui a conocerlo mejor... y hasta hoy».
Un lugar donde se siente «muy valorada musical y profesionalmente y con buenas condiciones» pero al que le falta algo: «Aquí tengo muchos conciertos y estoy muy bien, pero mis padres y mi familia no me han visto actuar salvo cuando he podido tocar en Aragón, pero es que se lo han perdido todo», dice con resignación. Quizá por eso y por su momento vital (tiene dos hijos pequeños), Ana Albero se está planteando tomar una decisión importante en su vida: «Me gustaría volver a Aragón, aunque no haya condiciones. Incluso me lo planteo aunque no me pueda dedicar a la música», dice con rotundidad.
Ella es una consecuencia directa de la paradoja que se vive en Aragón. Se cuenta con uno de los mejores conservatorios superiores del país y el Auditorio de Zaragoza es excepcional, pero no hay salida para los músicos: «En el mundo solo he tocado en dos o tres lugares como en el de Zaragoza. Y te hablo del Carnegie Hall de Nueva York , la Filarmónica de Berlín o el KKL Luzern Concert Hall. Ese es el nivel de instalación que tenemos en casa». Es por eso, afirma, que lo más le molesta es que «se dé por hecho que no hay público, que no demandan eso, y que en Aragón no hace falta una orquesta, que a la gente le da igual que no haya música clásica. Eso es subestimar a la cultura popular».
En ese sentido, Ana Albero reconoce que había puesto «muchas esperanzas» con el proyecto de creación de la Sinfónica de Aragón: «Pensaba que podría tener opciones de entrar y estaba preparándome para las pruebas, que para una orquesta son muy exigentes. Ha sido un varapalo para todos y no sé cómo sacar fuerzas para seguir haciendo cosas».

El trompeta Javier Lasarte, oriundo de Graus. / EL PERIÓDICO
Javier Lasarte: «Es una pena, se pierde un gran talento año tras año»
Con apenas 26 años, Javier Lasarte (nacido en Graus) acaba de aprobar la oposición para formar parte de la Sinfónica de Galicia como trompeta, después de estar un año con una de las mejores orquestas de Europa, la de la Radio de Baviera, donde con sus compañeros, explica, «se hablaba mucho del Auditorio de Zaragoza». Su conclusión es clara: «La situación en Aragón es una pena porque se pierde un talento muy grande año tras año. Tendremos que abrir todos los ojos y hacer un esfuerzo para solucionarlo», afirma.
En la línea con esta argumentación, el músico habla de su estancia en Alemania: «Es un país que apuesta mucho por la cultura, puedes ver en las calles el entusiasmo y el respeto que hay por los músicos y las orquestas. Eso se hace notar en el resultado y el nivel de las orquestas. En la forma de vivirlo hay mucha diferencia con España...» explica Javier Lasarte, que, duele, pero se valora mucho más a los músicos de aquí fuera: «La gente que viene de fuera son los ídolos de la música y la gente de casa pasa desapercibida. A veces sí he tenido esa sensación. Cuando uno va a otro país, es todo nuevo y lo de casa lo tienes visto y no lo valoras tanto», piensa en voz alta.
Algo que es incomprensible ya que no tiene sustento, asegura: «Siempre he dicho que en España hay un talento excepcional y en Aragón, también. Tenemos una gran cantidad de jóvenes que tienen que salir fuera por desgracia pero cada año hay mejor nivel. Miro a las nuevas generaciones y es increíble el nivel que hay, pero seguimos sin encontrar soluciones».
Por todo esto, Aragón ha tenido hasta hace un año un proyecto de creación de la Sinfónica de Aragón sobre la mesa, pero el nuevo Gobierno la ha desechado: «Me dio mucha pena porque es un proyecto que tiene muchos años de historia y de intentos, pero al final por unas cosas u otras, decisiones mal tomadas e intereses diversos, no puede ser».
Lasarte es todavía muy joven, pero tiene claro que a él lo que le gustaría es poder vivir cerca de casa: «Tu tierra siempre es tu tierra y uno siempre sueña con poder dedicarse a lo que uno le llena y le gusta en su tierra. Es una lástima que hoy no pueda ser».
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