PATRIMONIO

Una técnica milenaria japonesa para los grabados de Goya

Sayuri Pompa y Nerea Díez de Pinos trabajan en el IAACC Pablo Serrano en la creación de dos tableros de tensado karibari para la restauración de obra gráfica

Las conservadoras Sayuri Pompa y Nerea Díez de Pinos en el IAACC Pablo Serrano de Zaragoza.

Las conservadoras Sayuri Pompa y Nerea Díez de Pinos en el IAACC Pablo Serrano de Zaragoza. / GOBIERNO DE ARAGÓN

Daniel Monserrat

Daniel Monserrat

ZARAGOZA

La técnica japonesa del karibari, una estructura de madera recubierta de capas de papel oriental y sobre la que se colocan las obras de arte para su intervención, permitirá al Museo de Zaragoza conservar de manera natural y sin daños gran parte de su colección nipona, y posteriormente aplicarse sobre sus grabados de Goya, para conseguir que perduren más tiempo sin dañar las obras.

Con los primeros indicios de su uso en el país del Sol naciente hacia los siglos XV y XVI, este método solo emplea materiales tradicionales. Para conseguir esta estructura, la persona encargada de la intervención debe pegar láminas de papel hechas a mano por artesanos a un soporte de madera gracias a un pegamento natural hecho con almidón de trigo.

El papel japonés, clave

El resultado es un karibari, una tabla de tensado sobre la que, posteriormente, se coloca la obra artística que necesite restaurarse, con lo que su superficie queda encajada de manera natural con las fibras especiales del papel, más largas y resistentes que las occidentales, y no necesita ser prensada con metal u otros materiales más dañinos.

«A simple vista, estos materiales son bastante sencillos, pero después tienen un tipo de mecanismo interior complejo. También se incluyen, por supuesto, algunos avances técnicos científicos actuales, pero hay mucho hincapié en mantener la forma de trabajar que se lleva haciendo durante cientos de años en Japón», explica la conservadora Sayuri Pompa.

Métodos pioneros en España

Gracias al conocimiento de Pompa, estos métodos pioneros, que solo se habían probado anteriormente en España en Madrid y Tenerife, podrán ponerse a disposición del Museo de Zaragoza para actualizar su ya amplia colección de obras orientales. «Hay varios kakeyiku (pergaminos) que están en muy mal estado. Necesitan una intervención bastante compleja que requieren de esta tabla de tensado», ha aseverado Pompa.

Pedro Olloqui dialoga con las dos conservadoras en el IAACC Pablo Serrano de Zaragoza.

Pedro Olloqui dialoga con las dos conservadoras en el IAACC Pablo Serrano de Zaragoza. / GOBIERNO DE ARAGÓN

En su rehabilitación, cada obra puede permanecer tensada desde horas hasta meses, y su intervención comenzará, previsiblemente, en los meses de enero y febrero. Aunque el paso definitivo será emplearlos para restaurar la colección de grabados de Goya de la pinacoteca zaragozana.

Proyectos de investigación internacionales

El museo, que cuenta con unas quinientas obras orientales entre biombos, kimonos y xilografías, ha formado parte de varios proyectos de investigación internacionales durante los últimos diez años, varios con entidades y administraciones japonesas.

«Hay fondos que sobre todo no se han podido intervenir durante todos estos años porque tienen unas estructuras muy especiales y requieren de este sistema de preparación. Cuando intervienes un objeto, sea del tipo que sea, es importante conocer cuál su el contexto cultural para hacerlo bien», expresó la conservadora y restauradora de obra gráfica del Museo de Zaragoza, Nerea Díez de Pinos.

Esta acción ha sido posible gracias a la beca que la Fundación Japón concedió al Museo de Zaragoza en 2020 y que ha permitido que conservadoras como Sayuri Pompa pongan su conocimiento a disposición de los profesionales zaragozanos para reinventar las técnicas de restauración habituales y conectar la tradición centenaria japonesa con los últimos avances científicos. 

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