OPINIÓN

Guardando las distancias: Deme cultura, que lo demás ya llegará

A la despoblación también se le combate con el valor de lo intangible

La Muestra de Ascaso, ejemplo de dinamismo rural.

La Muestra de Ascaso, ejemplo de dinamismo rural. / EL PERIÓDICO

Daniel Monserrat

Daniel Monserrat

ZARAGOZA

Apenas quedan unos días para que concluya este 2024 que se va tan rápido como llegó y, probablemente, se despide con pocas soluciones a problemas ya endémicos que siempre se dice que van a ser la prioridad y luego no lo es tanto. O esa sensación tengo yo. Desde hace tiempo una de las cuestiones que está encima de la mesa de todas las administraciones es el de la España vaciada, el de la despoblación por simplificar.

En ese sentido, en Aragón sabemos mucho del tema. No es para sacar pecho pero, obviamente, es un problema que tenemos tan presente en nuestro territorio que nos ha llevado a estar muy encima de él. Desde el punto de vista de la cultura, además, en la comunidad se ha demostrado que esta puede ser un buen ariete contra la despoblación. El caso más claro es el de Ascaso, una pedanía de Boltaña, que de estar prácticamente abandonado cuenta ahora mismo con todas las casas ocupadas menos una. Un grupo de entusiastas, liderados fundamentalmente por Miguel Cordero y Néstor Prades, idearon la Muestra de cine más pequeña del mundo de Ascaso, y gracias a ese impulso, el lugar ha vuelto a tener una carretera asfaltada y servicio de luz, entre otras cuestiones. Algo que refleja muy bien, por cierto, el episodio dedicado al pueblo (disponible en RTVE Play) del programa 'Beatus Ille', de La 2. Y que acaba con una llamada de auxilio del propio Miguel Cordero que dice claramente que el proyecto está en peligro antes el 'abandono' de las instituciones. Esperemos que en Aragón no dejemos morir un proyecto así.

Hay más ejemplos, está Lanuza y el efecto Pirineos Sur, o incluso Mozota donde El bosque sonoro ha servido también de reclamo para el surgimiento de otras actividades.

El valor de lo intangible

Esta semana, el Ministerio de Cultura ha presentado en la DPZ el estudio 'Claves e impactos de la cultura en el medio rural. El valor de lo intangible', que ha realizado en colaboración, entre otros, con Vicente Pinilla, de la Cátedra DPZ sobre Despoblación y Creatividad.

Es un estudio muy amplio en el que se ha trabajado en diferentes puntos y lugares y sobre tres grupos de consulta: agentes promotores, agentes cualificados del territorio y población local.

Las conclusiones son muchas y variadas, como no puede ser de otra manera, pero una de las fundamentales es que la existencia de proyectos culturales en el medio rural repercuten de manera directa y contundente en el autoestima de la población y en la percepción que se tiene del municipio y del entorno desde, por llamarlo de algún modo, el mundo exterior a él.

Resultadismo económico

En tiempos en los que impera el resultadismo económico, el hablar de rentabilidad (por supuesto, solo en términos monetarios) y el pensar prácticamente solo en la sostenibilidad económica, no es baladí esta conclusión. Y no lo es porque las personas no somos máquinas y a la hora de elegir el lugar donde queremos montar nuestra vida, también tenemos en cuenta cada vez más el ecosistema en el que vamos a pasar la mayor parte de nuestro tiempo.

Buscamos momentos de calidad, también en el ocio y en nuestra sociedad, y el que desde el mundo rural se está siendo capaz de articular una propuesta cultural que invite no a atraer gente en manada sino a comprender que somos más ricos y completos como sociedad cuando las propuestas tienen un camino de ida y vuelta, es de celebrar. Porque hay que reivindicar esas propuestas de intercambio de experiencias entre los diferentes lugares y, por supuesto, de demostrar que no debería haber ciudadanos de primera y segunda por el lugar en el que se resida. Y que sí, que es hora de abrir la mirada, y ver más allá de nuestro ombligo de las ciudades. Aragón es mucho más que eso.  

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