MÚSICA
La crítica de Javier Losilla del concierto de El Brindador: ¡Trois tchitchin pour El Brindador!
El artista ofreció un concierto este viernes en la imprescindible sala La Lata de Bombillas

El Brindador en un momento del concierto en La Lata de Bombillas. / Servicio Especial
Hace casi doce años que titulé '¡Un brindis por El Brindador!' la crítica de un concierto de Eric Cihigoyenetche, músico francés instalado en Zaragoza desde hace… Eric, como habrán podido deducir, es El Brindador, sobrenombre muy castizo que eligió por razones que un día me contó, pero que ya no recuerdo. No importa, lo que cuenta es que ahora los brindis por El Brindador han subido: podrían ser cinco o diez, pero he elegido tres porque me perece que ese número suena a 'ménage'. Y ese levantamiento de copas virtual viene a raíz de la actuación que el viernes ofreció en la imprescindible sala La Lata de Bombillas, que, por cierto, está celebrando sus 25 años de existencia. Así, que otros tres brindis por Javier Benito, impulsor de ese local que tantas alegrías musicales nos ha proporcionado.
Pablo Jiménez (batería), Cristian Barros (guitarra y teclados), Libi (bajo y coros), quien recientemente ha cambiado de estado civil y está feliz como un cangrejo, y Borja Lasala (teclados) acompañaron, ¡y cómo! a un Brindador en estado de gracia, quien extrajo de las canciones todos los matices y mostró cómo su voz, de tesitura y coloratura próximas a la de Neil Young, puede jugar con tonalidades diversas. En el programa, casi todas las piezas de 'Sus le noirceur', su disco más reciente, el primero que ha cantado íntegramente en francés, y piezas de álbumes anteriores, gran parte de ellas procedentes de 'A Clearing In The Land'.
El Brindador sostiene, y sus razones le asisten, que haber grabado en francés, su lengua materna, no ha influido en que las piezas nuevas tengan un aire francófono, y entiende que son una continuación de sus anteriores trabajos, todos ellos resueltos en inglés. Puede. Pero a mí, cuando empezó el concierto con 'Le pendule', me dio la impresión de estar escuchando al mismísimo Gainsbourg. Cierto es que más tarde los ecos de Bowie y John Cale envolvieron 'Losing Fur', y que un Bowie dislocado se apreció también en 'Spotlight In A Maze'. Pero no pude evitar que el fantasma de Brel y la vitalidad de Stromae asomaran en 'Hors piste', 'La fuge and corps' y, en menor medida, en 'Hiver en mai'. Por otra parte, brilló 'Fandango'; 'Big sur' mostró un saludable hedonismo con cadencias de Beatles; 'At The Break Of Dawn' y 'The Rain' sonaron arrebatadoramente sesenteras, y el aroma hippy impregnó 'Overrated Conversation'.
En fin, diríase que todos los brindadores que configuran El Brindador dieron la cara (y la talla) en el concierto de viernes: él y sus acompañantes facturaron una velada de altura. Así, que lo dicho: ¡Trois tchitchin por el Brindador! Y otros tantos, por La Lata.
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