Un Juanjo Bona «disfrutón» saca todo lo que tiene para enloquecer a Zaragoza

El artista aragonés cautiva a sus seguidores que llenan el Teatro Principal en el primero de los dos conciertos que va a ofrecer en la ciudad dentro de su gira ‘Tan mayor y tan niño’

Daniel Monserrat

Daniel Monserrat

ZARAGOZA

Uno de los lemas más repetidos en los últimos años en Zaragoza es aquel que, en realidad, se popularizó hace ya unos siglos, «a Zaragoza la defiende su gente». Y por si a alguien le quedaba alguna duda, a Juanjo Bona también. Un Teatro Principal hasta la bandera (literal) ha enloquecido este lunes junto al artista aragonés que ha sacado su cara más divertida y arrolladora en la primera de las dos noches que ha programado en su «casa», como él ha repetido hasta la saciedad a lo largo del concierto que ha ofrecido y que ha transcurrido entre algarabía, ovaciones, vítores y esas canciones que caminan por la línea del folclore renovado, la gran apuesta del aragonés, y que tantas sorpresas le está dando.

Tras una introducción en la que se apela a la importancia de las raíces y del regreso a casa, Juanjo Bona ha salido a escena para interpretar 'Moncayo', y ha sido recibido con un montón de ramos de flores que han poblado el escenario y un ruido ensordecedor, que ya sería la tónica durante todo el concierto. Ese es el nivel que ha puesto el público zaragozano nada más empezar la actuación... y que ha mantenido a lo largo de la hora y cuarto aproximada que ha durado el concierto: «No tengo más, canto todo lo que tengo», les ha dicho honestamente a sus fans el de Magallón.

Un repertorio efectista

Tras 'Moncayo', el primer bloque del concierto se ha completado con 'Virgen de Magallón', 'Villano', 'Golondrinas' y 'La plaza y el río'. Munición de altura que, sin embargo, se ha quedado en (casi) nada cuando el concierto ha empezado a volar por sí solo con temas como 'Que se divierta y no llore', 'La nave del olvido' (una versión de la canción de José José que el aragonés interpretó en 'Operación Triunfo'), 'Me sabe mal' (espectacular la reacción del público que no ha dudado en bailar como si no hubiera más oportunidades) y una serie de rondaderas zaragozanas en las que ha contado con la participación del grupo de baile de jota Cierzo.

Bona se sentía muy cómodo sobre el escenario («estoy tranquilo y disfrutón», decía) y, pese a su juventud, sorprendía con su desparpajo y manejo de los nervios en la voz con bastante soltura.

Amaral y un tramo final de altura

Tras 'Nuestra forma de hablar', el artista le ha regalado al público una versión de Amaral, 'Toda la noche en la calle' (mejorable en la parte musical), 'El destello' (con un recuerdo especial para su pareja Martin), 'Lo que no ves de mí' y 'Últimamente'. Con esta pieza ha dado por concluido el concierto, bueno, lo ha intentado... o no, pero como mandan los cánones ha forzado al público a pedir un bis. Y este ha llegado con dos de sus temas estrella, 'La Magallonera' (en la que se le ha visto muy emocionado) y 'Mis tías', un homenaje que Juanjo Bona hace en forma de canción a todas las mujeres importantes en su vida. 

Un bonito final para un público que quería más... pero no había. No hay que olvidar que la carrera de Juanjo Bona acaba de comenzar. Sin embargo, el público, lejos de calmarse, ha continuado la fiesta entre las butacas donde se han visto muchos cachirulos y banderas de Aragón. Juanjo Bona ha cumplido su sueño en su casa... aunque este martes (a la misma hora, 19.00 horas, y también con todo agotado) volverá a repetir concierto en el mismo lugar. Y seguro que su público volverá a responder con la misma intensidad... o más. El de Magallón ha venido para quedarse. 

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