El escritor Rodrigo Blanco Calderón visita Zaragoza: "Venezuela está secuestrada por una organización criminal llamada chavismo"

El autor venezolano, afincado desde hace años en España, presenta este viernes en Cálamo su nuevo libro de relatos: 'Venecos', en el que explora el desarraigo de sus compatriotas emigrados

Rodrigo Blanco Calderón se ha consolidado como una de las grandes voces de la literatura latinoamericana.

Rodrigo Blanco Calderón se ha consolidado como una de las grandes voces de la literatura latinoamericana. / Emilio Morales

Rubén López

Rubén López

Zaragoza

Rodrigo Blanco Calderón se fue hace casi diez años de su país natal, Venezuela. El caraqueño tenía una vida hecha allí –era profesor universitario con puesto fijo y dirigía su propia editorial–, pero sabía que si quería dedicarse de lleno a la escritura debía emigrar. El dolor por la situación política, económica y social que vive su país se mantiene, pero Blanco no se siente en la obligación de escribir sobre ello. Sin embargo, eso no quita para que el tema aflore de forma natural e inconsciente. Y eso es justo lo que le ocurrió cuando escribió los 13 relatos que conforman su nuevo libro: Venecos (Páginas de espuma), que este viernes presentará en la librería Cálamo de Zaragoza a las 19.30 horas.

«Ahora ya sé que Venezuela va a estar siempre presente en mi obra. Es algo con lo que me he reconciliado; entender que hay temas que a uno se le imponen y que es mejor no evitarlos», indica. Así le ocurrió también en su anterior novela, Simpatía (2021), con Venezuela de fondo, o en The Night (2016), que recibió el Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa.

Nueve de los 13 cuentos de Venecos ya habían sido publicados en los últimos años en revistas o antologías (el más antiguo data de 2012). Y muchos de ellos nacieron de encargos que nada tenían que ver con su país. «Recuerdo que en un caso tenía que hablar sobre fiestas y psicópatas y otro de los encargos era para el festival de cine de Melilla; cosas muy diversas, pero yo acababa escribiendo una historia en la que emergía sin darme cuenta la represión, la corrupción, la emigración… Es como si lo tuviera muy en mi inconsciente y cada vez que hubiese una oportunidad emergiera», explica.

Portada de 'Venecos'.

Portada de 'Venecos'. / ep

Blanco fue recopilando esos 13 relatos unidos por ese nexo común y al final ha acabado armando un libro en el que explora la diáspora y el desarraigo de los venezolanos desde la cotidianeidad de sus experiencias.

En el diccionario de americanismos de la RAE se define ‘veneco’ como un adjetivo despectivo y popular para referirse a los venezolanos. «Estos cuentos están protagonizados por personajes cotidianos, pero no es algo buscado. Es que cada vez me llaman más la atención cosas frecuentes que de repente resultan un poco extrañas. Me he ido acercando a ese paradigma del cuento más próximo a Chéjov, historias en las que hace 15 o 20 años no hubiera visto potencial narrativo y siempre intentando quitar todo el efectismo o el exceso formal», explica.

"La lectura y la escritura son como mi forma de meditación, mi yoga"

Aunque en Venecos se ha aproximado a la realidad de muchos compatriotas, Blanco asegura que eso no le ha permitido sentirse más cerca de su país. De hecho, cree que esa sensación de sentirse un emigrante «nunca se borra»: «Estuve tres años en París y voy para siete en Málaga, y nunca se me ha quitado esa sensación de ser un extranjero».

Sin embargo, a Blanco le consta que Venecos sí que ha acercado a su hogar a muchos de sus lectores venezolanos: «Eso me indica el feedback que estoy recibiendo; muchos me dicen que les hizo viajar a su pasado, así que el libro debe tocar algunas teclas nostálgicas y sensibles para ellos».

Sus próximos proyectos

A Blanco, lo que sí que le reconforta es escribir. «Claro, la lectura y la escritura son como mi forma de meditación, mi yoga. Es lo que me mantiene enfocado y con un objetivo en la vida. Eso sí, cuando escribo, esos propósitos no son los que más me interesan, durante el proceso me centro sobre todo en el aspecto formal, en que quede bien», explica el venezolano, que asegura sentirse más cuentista que novelista: «Yo me veo como un cuentista prestado a la novela. Los tres primeros libros que publiqué fueron de cuentos y mi primera novela nació de un relato fallido, así que en esencia soy cuentista». 

Blanco se muestra «muy pesimista» respecto al futuro de su país. «No creo que vaya a haber un cambio. Venezuela está secuestrada por una organización criminal que es el chavismo, y cada día que pasa está más atornillada en el poder. Además, el resto del mundo parece estar volviéndose loco también y lo que eran sistemas democráticos sólidos, como el de EEUU, sufren una deriva hacia ese modelo populista y autoritario que Chaves de alguna manera patentó. La política internacional, aunque no lo confiese, está bastante cómoda con regímenes como el de Venezuela».

Consolidado como una de las grandes voces de la literatura latinoamericana, al escritor no le faltan los proyectos y actualmente tiene entre manos dos novelas en las que va trabajando poco a poco. «De una me gustaría entregar el manuscrito este año». En ella, Venezuela seguirá estando muy presente. 

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