Laura Agustí (publica 'Furor botánico'): "Este libro es un homenaje a las plantas y a las mujeres de mi vida"
La ilustradora turolense narra y dibuja su familiar pasión por las plantas y las flores a través de las mujeres más importantes de su vida en su nuevo libro autobiográfico 'Furor botánico'

La ilustradora Laura Agustí en los exteriores de este diario. / Josema Molina
"Un libro autobiográfico de principio a fin". Laura Agustí, natural del municipio turolense de Valdealgorfa, llevaba años queriendo publicar un relato sobre las plantas y las flores, una de sus grandes pasiones junto a la literatura y la ilustración. Tras darle muchas vueltas a la cabeza, vio en su propia experiencia personal el marco perfecto para situar una historia en la que la botánica y el dibujo son los grandes protagonistas. "'Furor botánico' narra el traslado de Laura (ella misma) de la ciudad a un pequeño pueblo del Pirineo catalán y su reencuentro con la pasión que le transmitieron las mujeres de su familia por las plantas y las flores", explica la autora.
Desde muy pequeña, Laura Agustí tuvo claro que lo suyo era el arte. Se licenció en Bellas Artes, se formó en Diseño de interiores y comenzó en el mundo de la pintura, aunque no tardó en descubrir que era la ilustración lo que verdaderamente le llenaba. Ha colaborado con diferentes editoriales para diseñar las cubiertas y ha publicado dos libros ilustrados: 'Gatos en la cabeza' e 'Historia de un gato'. 'Furor botánico' es su tercer proyecto en el que ha combinado su oficio y aficiones. "El libro tiene mitad de relato y la otra mitad de dibujos. Primero escribí la historia y después ilustré todo lo que ella contaba", detalla Agustí.
Mudanza a un pequeño pueblo
La ilustradora turolense ha trasladado su vivencia al papel. "El cansancio de vivir en Barcelona me hizo decidir mudarme a un pequeño pueblo del Pirineo. Cuando yo llegué a la ciudad estaba muy motivada pero después de 20 años los ruidos, el turismo y toda la problemática del alquiler me hizo sentir expulsada", declara. Junto a su pareja, Agustí soñaba y planteaba la posibilidad de vivir aislados del estrés urbano pero nunca daban el último paso. "Un día dijimos: ¿por qué vamos a esperar a tener 60 años si podemos hacerlo ahora?", señala.
Allí se encontró con un ecosistema muy familiar que le hizo revivir su infancia y rememorar todo lo que aprendió de las plantas y las flores. "En los pueblos el contacto con la naturaleza es más evidente que en las ciudades. Mi familia viene de un entorno rural y en estos lugares se ve como algo normal la conexión con la botánica", considera la ilustradora. Dicha conexión queda reflejada en cada una de las páginas de su libro en forma de estampas de todos los colores.
Todas las mujeres alrededor de Agustí, desde su bisabuela, su abuela y su madre, son unas grandes apasionadas de la botánica haciendo que esta actúe como un enlace muy potente entre todas ellas. "Este libro es un homenaje a las mujeres de mi vida. He querido mostrar la relación que tenía mi madre con mi bisabuela porque ellas dos se adoraban. El amor por la plantas ha sido transmitida de generación en generación en mi familia y es algo de lo que me siento muy orgullosa", expresa. No se olvida tampoco de su sobrina y su hermana, con quien mantiene una conexión muy fuerte también en el ámbito literario. "Está muy presente en la historia y siempre me ayuda a la hora de escribir los relatos".
Un reto gráfico
El estilo ilustrativo de la turolense destaca principalmente por su delicadeza. Sus dibujos suelen estar realizados con trazos finos en blanco y negro que para 'Furor botánico' ha tenido que reinventar. "Ha sido todo un reto para mí. En mis anteriores libros, los dibujos están hechos en blanco y negro, pero en esta ocasión la parte gráfica pedía color. No tiene sentido hablar de flores y de plantas, donde describes una gran gama de colores, y que no se puedan ver", admite Agustí. En cualquier caso, ha sido un reto que le ha permitido disfrutar y exhibir una nueva faceta de ella hasta ahora desconocida para sus seguidores.
"Me encantaría que este libro sirviera para que el lector pare durante unos instantes. Pretendo provocarle una bajada de las revoluciones y trasladarle a lugares bellos", razona. Agustí quiere también contagiar en la gente su furor botánico, algo que por sus declaraciones, ya ha conseguido. "Varias seguidoras me han escrito diciéndome que tras leer el libro se han comprado una planta que les recuerda a algún familiar cercano". Porque para ella eso es lo más bonito: dejar de ver a las plantas como objetos decorativos y se desarrolle una conexión con ellas.
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