La Feria del Libro Viejo se despide de Zaragoza hasta el año que viene

Las once librerías que han instalado este año sus casetas en la plaza Aragón ya han iniciado su particular cuenta atrás para regresar en 2026

Nacho Asín, de la librería zaragozana Luces de Bohemia, charla este domingo con una clienta.

Nacho Asín, de la librería zaragozana Luces de Bohemia, charla este domingo con una clienta. / Laura Trives

R. L. M.

Zaragoza

La Feria del Libro Viejo y Antiguo de Zaragoza ha cerrado este domingo «una de las mejores» ediciones de los últimos años. Tras 18 días en la plaza Aragón, los once libreros han comenzado a vaciar sus respectivas casetas y lo han hecho con la satisfacción por haber cumplido de sobra sus expectativas. «La de Zaragoza es una feria que funciona muy bien. La ubicación es excelente porque pasa mucha gente por aquí y lo bueno de este año es que el tiempo ha acompañado muchísimo y todos los días ha habido un gran ambiente», ha destacado este domingo Pabla Parra, presidente de la Asociación de Librerías de Viejo y antiguo de Aragón (Alvada), que organiza la feria con el apoyo de la DGA y el Ayuntamiento de Zaragoza.

La cita está tan consolidada en la ciudad –suma ya 19 ediciones– que los expositores incluso tienen clientela fija de un año para otro. «Todos los compañeros me han dicho que están esperando ya la del año que viene», ha subrayado Parra. El presidente de Alvada se ha mostrado optimista en este sentido y ha confiado en que la feria celebrará en 2026 su edición número 20: «No siempre es fácil organizarla, pero nuestra intención es hacerla de nuevo. Si las instituciones mantienen su apoyo seguro que será así». 

En la edición de este año han participado once librerias: tres eran aragonesas (Luces de Bohemia, Prólogo y Libros del rescate) y el resto habían llegado desde Madrid, Valencia, Vitoria y Navarra. «El año pasado también estábamos once y la verdad es que casi nunca hay bajas. Si hay, es porque alguien se ha jubilado o no ha podido venir por estar enfermo», ha destacado Parra.

Las once casetas han estado abiertas desde el 27 de marzo y hasta este domingo.

Las once casetas han estado abiertas desde el 27 de marzo y hasta este domingo. / Laura Trives

«Nosotros hemos estado desde el primer año y ya es como una tradición», apuntó Nacho Asín, de la librería zaragozana Luces de Bohemia. La valenciana Al Tossal es otra de las que han repetido año tras año. «Ya tenemos clientes fijos que nos llaman y a los que llamamos cuando vamos a venir», indicó su propietario, Eduardo Mengual. 

Muchos de los que han visitado estos últimos días la feria son auténticos apasionados de los libros antiguos, pero otros eran meros curiosos que acudían atraídos por la variada oferta. Porque en las once casetas también se podían encontrar publicaciones descatalogadas, grabados y mapas, postales, fotografías, álbumes de cromos, tebeos antiguos y un sinfín de materiales literarios de otras épocas. De hecho, la cita ha ido ganando interés en los últimos años para los coleccionistas.

«Esta profesión te tiene que apasionar. Hace unos días vino un señor que se puso muy feliz cuando vio que tenía un montón de tebeos de 'Roberto Alcázar y Pedrín', unas historietas que se publicaron en los años 40. Traje 300 números y he vendido casi todos», ha explicado Parra, cuya librería (Prólogo) está ubicada en Gurrea de Gállego.

Este año había otros 'tesoros', como una edición de los Fueros de Aragón de 1552, un atlas de 1848, los 622 números que publicó entre 1929 y 1930 el periódico oscense 'Tierra Aragonesa', anales del siglo XVII o primeras ediciones de Unamuno y Baroja. Muchas de estas 'perlas' ya estarán en las estanterías de algún apasionado de los libros de viejo, pero el año próximo la feria volverá con más. «No queremos faltar a la cita; que nos espera todo el mundo», ha concluido Parra

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