Mario Vargas Llosa en Zaragoza en 2019: "La cultura audiovisual se ha impuesto a la cultura del pensamiento"

El Premio Nobel visitó la capital aragonesa hace seis años para participar en un coloquio en el Paraninfo de la Universidad

Mario Vargas Llosa en su visita a Zaragoza en 2019.

Mario Vargas Llosa en su visita a Zaragoza en 2019.

Daniel Monserrat

Daniel Monserrat

ZARAGOZA

Con una fila (a pesar de que las entradas eran con invitación que se agotaron muchos días antes) que llegaba hasta la calle Doctor Cerrada, recibió Zaragoza a Mario Vargas Llosa en su última visita a la ciudad el 20 de noviembre de 2019. Lo hizo para, acompañado de Juan Cruz, cerrar el ciclo Trayectorias en el Paraninfo de la Universidad. Y como era habitual en él, intervino sin pelos en la lengua.

Vargas Llosa denunció abiertamente que aunque hoy "haya más lectores de libros que en el pasado su trascendencia es mucho menor porque nos encontramos ante una cultura audiovisual que cada vez se impone más a la cultura del pensamiento», aseguró para denunciar que la consecuencia directa era que no se forman ciudadanos críticos "sino pasivos y resignados con la sociedad lo que es un problema serio para el futuro de la democracia".

Un tiempo peligroso

Y es que el Premio Nobel consideró que estamos en un tiempo peligroso para la sociedad: "Las series son un gran hallazgo pero no son transmisoras de ideas, son estereotipadas, repiten formulas manidas en la creación de personajes y no forman ciudadanos activos y críticos. Y los pasivos creen que la realidad que viven es inevitable y no saben que se pueden cambiar las cosas de una manera positiva», afirmó si bien dejó claro que no quería que se suprimiera la industria audiovisual: "Yo no quiero que se limite, pero sí me gustaría que coexistieran todas las expresiones culturales pero lo que está ocurriendo no me permite ser optimista». 

Algo que también sucede en España, que era donde residía Vargas Llosa: "Muchos españoles dedican su tiempo a ver televisión, a jugar con los móviles, a las redes sociales y hasta lo que yo sé estas son un entretenimiento muy poco intelectual. Las cosas siempre pueden ser distintas si la gente es crítica y sabe que tiene cauces de movilización dentro de lo establecido por las instituciones democráticas».

También tuvo tiempo hace seis años en Zaragoza de hablar de su pulsión creativa: "La vocación no se agota, son muy raros los casos de escritores que dejan de escribir y ese no va a ser mi caso. Los premios estimulan una vocación pero no agotan. Escribir es más que una profesión, es una vocación que embarca al creador las 24 horas al día y uno organiza su vida en función de ello. La vocación no desaparecería sin premios tampoco y casos no voy a decir pero hay muchos a lo largo de la historia de la literatura".

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