'Canto a la libertad', el triunfo de la voluntad

‘Canto a la libertad’ es ‘La Marsellesa’ de Aragón, pero no hay que desdeñar su influencia en gran parte del territorio ibérico

José Antonio Labordeta, durante un concierto en la Facultad de Filosofía y Letras de Zaragoza.

José Antonio Labordeta, durante un concierto en la Facultad de Filosofía y Letras de Zaragoza. / ÁNGEL VICIÉN

Javier Losilla

Javier Losilla

ZARAGOZA

«Tañendo por el rebelde, tañendo por el libertino / tañendo por el infortunado, por el abandonado y olvidado / tañendo por el marginado que arde constantemente en la pica / Contemplamos fijamente el flamear de las campanadas de la libertad». Bob Dylan publicó 'Chimes of Freedom (Campanadas de libertad'), a cuya letra pertenece el fragmento anotado al inicio, en 1964. Es decir, 11 años antes de que Labordeta, en 'Canto a la libertad', advirtiese de que «Sonarán las campanas desde los campanarios». ¿Escuchaba José Antonio a Bob Dylan? No lo sé. Es más probable que fuera seguidor de las canciones de Raimon, cuyas letras, como escribió José Carlos Mainer en 'Labordeta' (Júcar, 1977) «quizá tienen una influencia subterránea en este Canto a la libertad», de los cantautores franceses e incluso de los aires de combate como La complainte du partisan, pieza escrita en 1943 por Emmanuel d’Astier de la Vigerie, con música de Anna Marly, que se convirtió en el himno de la Resistencia francesa contra los nazis y fue recreado en 1969 por Leonard Cohen. 

Recordemos que Labordeta, tras arrastrar a las voluntades al triunfo de la libertad, es consciente de que el camino es duro y largo, como advirtió Carbonell en 'Con la ayuda de todos', y contempla la posibilidad de que él y otros no puedan disfrutar ese día gozoso: «También será posible que esa hermosa mañana / Ni tú ni yo ni el otro la lleguemos a ver». Aquí, el sentimiento es compartido con 'La complainte du partisan' («La libertad volverá / Seremos olvidados / Regresaremos a las sombras»), aunque Labordeta no rebla y pide que, por si acaso, «habrá que empujarla para que pueda ser». Pero da igual de dónde procedan, si es que proceden de algún lugar, las influencias labordetianas. Con 'Canto a la libertad' estamos ante un himno que concita deseos y reafirma decisiones. Un himno de estructura sencilla y estribillo universal, pensado para ser interpretado colectivamente. Como la pieza 'We Shall Overcome', creada a partir de un gospel escrito por el reverendo Charles Tindley, y popularizada Pete Seeger: «Venceremos / venceremos algún día / en lo más profundo de mi corazón creo que venceremos algún día». 

El Labordeta más global

Más allá de su amor a la tierra que lo vio nacer, el Labordeta más global reunió en un puñado de letras y músicas su mirada más profunda y popular; escribió y cantó, en definitiva, las denuncias más poderosas, las rebeliones más sólidas y los himnos más emocionantes. Salíamos de una dictadura, y Labordeta da con la clave en una canción de doble articulación, pues «veremos una tierra que ponga libertad» satisface sus impulsos aragonesistas, pero traspasa las fronteras territoriales para instalarse en la órbita global de un país que confía en recuperar la democracia y, por consiguiente, sus libertades.

'Canto a la libertad' (años más tarde, en 1984, Labordeta proporcionó 'Somos', otro himno vibrante, de autoafirmación en este caso) se incluyó en el disco 'Tiempo de espera', un álbum que marcó el devenir de la carrera del cantautor, en el que, musicalmente, algunas piezas son atravesadas por la construcción sonora de Aragón, registrada un año antes en 'Cantar i callar', y donde trabaja con el folclore, las canciones festivas, lo que podríamos llamar el anticipo de la España vaciada, otras llamadas al trabajo común para salir adelante («entre todos hay que levantar»), la desesperanza y la esperanza, el recuerdo de un pasado doloroso y la fe en un futuro decente. Y, además, un sentido tributo al cantautor chileno Víctor Jara, asesinado por la dictadura pinochetista, un sentido y poco complaciente réquiem monódico. 

'Canto a la libertad' es 'La Marsellesa' de Aragón, pero no hay que desdeñar su influencia en gran parte del territorio ibérico. En circunstancias diferentes, esta canción de Labordeta, que ahora cumple 50 años, trascurre casi paralela a 'Grândola, Vila Morena', de José Afonso, portugués amigo del cantautor aragonés, canción que puso en marcha la llamada revolución de los claveles en el país vecino. Pero hoy Portugal apenas recuerda a José Afonso, y 'Grândola, Vila Morena' ha quedado relegada a las celebraciones minoritarias de cada 25 de abril. Sin embargo, Labordeta y su 'Canto a la libertad' mantienen, cuando menos en Aragón, el impulso renovado de un pueblo que no quiere perder la memoria. Hoy, la libertad, la verdadera libertad, es un bien escaso, manipulado, maltratado y acechado a diario por esas cuadrillas de matones que llaman con desprecio 'woke' a cualquier pensamiento progresista. Así que el estribillo «Habrá un día en que todos al levantar la vista veremos una tierra que ponga libertad» es mucho más que una vieja aspiración cantada hace medio siglo: es la renovación de unos votos laicos profundos; es el triunfo de una voluntad indestructible.  

Tracking Pixel Contents