Entrevista
Andrew O’ Hagan: "Podemos despreciar las guerras culturales, pero no ignorar su mensaje: ha surgido una generación que no tolerará la injusticia”
El novelista escocés reinventa la novela victoriana con 'Caledonian Road', ácido retrato de una sociedad obsesionada por el dinero y con unas diferencias sociales cada vez más pronunciadas

Andrew O'Hagan, fotografiado en las oficinas de Libros del Asteroide en Barcelona / Macarena Pérez
David Morán
El novelista escocés Andrew O'Hagan (Glasgow, 1968) ha firmado con 'Caledonian Road' (Libros del Asteroide; Més Llibres en catalán) uno de los más punzantes y absorbentes retratos de la Inglaterra contemporánea; un país enfermizamente obsesionado con el dinero y concentrado en una calle de Londres, la Caledonian Road del título, que se convierte aquí en inestable pasarela para políticos sin escrúpulos, aristócratas en caída libre, oligarcas rusos con ambiciones artísticas, profesores universitarios de aura estelar, raperos de drill, gerentes de fábricas infrahumanas, editores codiciosos y artistas conceptuales. Dickens, sin duda, estaría orgulloso.
Se ha traído usted la novela victoriana al siglo XXI.
Esa era mi esperanza, sí. Soy un gran admirador de Dickens, obviamente, pero también de Zola y Balzac. Siempre me ha entusiasmado el tipo de escritor que intenta plasmar a toda una sociedad en la página. Y había algo en los últimos 10 años que se prestaba a este tratamiento: muchos personajes haciendo malabarismos con la desigualdad, la migración, el Brexit, la austeridad y la pandemia. Pensé que era el momento de reinventar la novela victoriana a través de la lente de las redes sociales e internet; de mostrar las conexiones entre el 'e'stablishment', la aristocracia, los medios de comunicación, las grandes empresas y los oligarcas rusos. Estos tiempos son un regalo para un novelista. Otra cosa es si lo será también para la humanidad.
Donald Trump es la idea tremendamente estúpida que mucha gente tiene de lo que es un rico"
Crisis económica, Brexit y pandemia. ¿Es esa la santísima trinidad sobre la que se ha fundado la nueva Inglaterra?
Comparado con esto, las revoluciones de los años 80 no son nada. Nos parecía que la sociedad había cambiado con Margaret Thatcher, pero la forma en que introdujo cierto individualismo rencoroso en nuestra sociedad se puede rastrear hasta hoy. El tejido de la realidad social en el mundo occidental se ha ido desmoronando en nuestra época. Y si hablo de 'tejido social' es porque es la novela social la que se interesa por ese tejido.

O'Hagan, fotografiado antes de la entrevista / Macarena Pérez / EPC
En ‘Caledonian Road’ tenemos 60 personajes, entre ellos editores, profesores universitarios, historiadores del arte, 'hackers' éticos, empresarios turbios, raperos de barrio, políticos, oligarcas… Dígame, ¿cómo empezó todo?
Con la voz de Campbell Flynn, el clásico hombre liberal bajo presión. Cree haber vivido una buena vida, estar en el lado correcto de la historia. Le gusta presentarse como feminista y antirracista. El drama llega cuando la siguiente generación lo señala con el dedo y le dice que también él es parte de un sistema corrupto. Porque ahora es un liberal que vive en una casa de 7 millones de libras. Podemos despreciar las guerras culturales, pero no podemos ignorar su mensaje central: ha surgido una generación que no tolerará la injusticia que nosotros hemos tolerado. Espero con ansias leer las novelas que escriben.
Al final, todo es una cuestión de clase y de dinero.
Para los británicos, la clase es lo mismo que la cultura. Estamos obsesionados. Cuando conocemos a alguien, inmediatamente nos preguntamos a qué escuela fue, a qué universidad, dónde y cómo vivió… Es una forma limitada y muy prejuiciosa de intentar comprender a los seres humanos. Pero la clase es el condimento cómico de toda la ficción británica. Así que sí, para mí, la clase y el dinero son fundamentales. En ‘Caledonian Road’, todo se resume en seguir el dinero. O, mejor dicho, las criptomonedas, que son aún más difíciles de seguir.
El título del libro, el nombre de una calle que atraviesa el norte de Londres, es también un ejemplo de cómo de cerca pueden estar los ricos y los pobres, las viviendas sociales y las casas disparatadamente caras.
Caledonian Road ha estado en mi mente desde 1990. Cuando llegué a Londres y encontré esta calle, su riqueza me intrigó. Jane Austen dijo una vez que una buena novela solo necesita tres familias y un pequeño pueblo de provincias. Ahora quizá baste con una calle multicultural.
En Reino Unido recordaremos el auge de los oligarcas rusos como uno de los periodos más moralmente oscuros de nuestra historia"
Parece un guiño a Dickens y a su manera de utilizar el Támesis en ‘Nuestro amigo común’.
Es el gran modelo. Me encanta esa novela, la manera que tiene Dickens de conectar a todos esos seres humanos. No solo estaba en mi mente consciente, también en mi planificación subconsciente. A veces estás creando una gran novela y hay fuerzas que ni siquiera ves moldeando la historia y las vidas de los personajes.
Para preparar la novela frecuentó a cantantes de drill, alternó con duques y duquesas, y amagó con infiltrarse en una fábrica. ¿Cómo fue eso?
Incluso a mí me sorprende el acceso que he tenido. Pero tenía que acercarme. Soy un hombre blanco de 56 años, nunca podría haber adivinado cómo hablan los raperos jóvenes. Es curioso, porque es mucho más fácil acceder a la gente poderosa que a la gente de la calle. Los poderosos son narcisistas, tienen una comprensión del mundo que se basa en las relaciones públicas. Así que pude ver a la familia real con bastante facilidad. También a empresarios y a oligarcas. Los chicos de la calle, en cambio, pensaban que era un policía antidroga de incógnito. Luego simplemente pensaron que estaba loco y me dejaron hacer.

Entrevista con el escritor escocés Andrew O'Hagan / Macarena Pérez
¿Cómo ha cambiado el dinero de los oligarcas rusos a la sociedad británica?
En Reino Unido recordaremos el auge de los oligarcas rusos como uno de los periodos más moralmente oscuros de nuestra historia. Una época en la que individuos enormemente ricos no solo normalizaron la corrupción, sino que también la hicieron parecer glamurosa. Poseer clubes de fútbol, periódicos, yates, jets privados… Es una imagen vergonzosa de la indulgencia. Pero si le preguntas a un joven hoy cuál es su ambición, siempre es lo mismo: miles de millones. Y eso indica un deterioro de los valores.
No debe ayudar que algunas de las personas más ricas del mundo gobiernen como lo están haciendo el país más poderoso del mundo.
Oh, Donald Trump es, en efecto, la idea tremendamente estúpida que mucha gente tiene de lo que es un tipo rico. Si tu principal objetivo en la vida es tener armas, pagar bajos impuestos y odiar a la gente, entonces este hombre de cara naranja rodeado de oro en el Despacho Oval es una manifestación grotesca de tus prejuicios. La simple idea de Trump como un estadounidense superior es un verdadero insulto para generaciones de estadounidenses genuinamente brillantes. ¿Sabes qué ha conseguido? Que le grite al televisor. Soy una persona bastante tranquila, pero ahora le grito al televisor como un anciano cuando aparece humillando a líderes extranjeros. Al empezar este libro pensé que tal vez mis personajes eran una exageración, pero ahora creo que se quedan cortos.
¿Sabes qué ha conseguido Trump? Que le grite al televisor. Soy una persona bastante tranquila, pero ahora le grito al televisor como un anciano cuando aparece humillando a líderes extranjeros en el Despacho Oval"
¿Es Campbell Flynn, el protagonista de ‘Caledonian Road’, un buen símbolo de los tiempos que vivimos?
Es un personaje dividido, fracturado, lo que lo hace perfecto para estos tiempos.
¿Tiene ya a algún favorito para interpretarlo en la serie? Parece que la adaptación va por buen camino.
Hay muchos posibles candidatos, pero nada que pueda confirmar [los rumores apuntan insistente a Jude Law]. Es curioso, porque una de las grandes influencias del libro son las series dramáticas de los últimos años: ‘The Wire’, ‘Los Soprano’, ‘Mad Men’... El protagonista de ‘Mad Men’, por ejemplo, es un hombre con secretos que se desmorona. Es intelectualmente respetable decir que te influye Balzac. Y sí, yo digo Balzac. Pero también ‘The Wire’.
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