Guardando las distancias: El gran momento de un «sector estratégico» para Aragón

Los Premios Simón pusieron de manifiesto que el cine debe estar en la agenda política

María José Moreno es la presidenta de la Academia del Cine y el Audiovisual de Aragón.

María José Moreno es la presidenta de la Academia del Cine y el Audiovisual de Aragón. / JOSEMA MOLINA

Daniel Monserrat

Daniel Monserrat

ZARAGOZA

El Teatro Principal de Zaragoza ha acogido esta semana la gran celebración del cine aragonés, la gala de los Premios Simón que ha llegado a su décimo cuarta edición. Cuando hace esos casi tres lustros se anunció la creación de estos galardones seguía siendo una proeza que una película dirigida por un cineasta aragonés llegara a las salas, bueno, en realidad, era casi una quimera que alguien se atreviera a hacer un largometraje con sello autóctono, no por falta de talento o voluntad sino porque no había ni medios económicos ni prácticamente infraestructura.

Era el año 2012 y la primera gala, celebrada en el mismo emplazamiento, contó con seis premios (largometraje, cortometraje, videoclip, interpretación, fotografía y Simón de honor). Lo que ahora es la Academia del Cine y el Audiovisual de Aragón era entonces la Asamblea del Cine Aragón y su presidente era José Ángel Delgado, 'De tu ventana a la mía', de Paula Ortiz, fue la gran triunfadora de esta edición inaugural. Un hecho también cargado de simbolismo ya que fue precisamente la irrupción de esa película la que empezó a cambiar las cosas en el cine realizado por aragoneses.

De seis a 18 en tres lustros

14 ediciones después (solo 14 ediciones después, conviene recalcarlo), los Simón vivieron una gala con 18 categorías de premios y con muchas producciones habiéndose estrenado en salas y sorprendiendo en todo el país y, ojo, con tres Goyas en el bolsillo. Un dato más, 'La estrella azul', de Javier Macipe (por cierto, ya nominado en 2015 con su mediometraje 'Los incovenientes de no ser Dios'), logró ocho Simón para situar el palmarés de la coproducción aragonesa (cine aragonés, esta sí) en ¡33! galardones.

El crecimiento del cine realizado por aragoneses es un hecho incontestable porque junto a los largometrajes hay año tras año una gran producción de documentales y, cómo no, de cortometrajes. El talento está despuntado, saliendo por las grietas que deja un sistema en el que, a pesar de todo, hay que seguir peleando para sacar adelante los proyectos y más si salen desde Aragón. Es cierto que de unos años a esta parte también ha cambiado el discurso político, ya se habla del cine como un sector estratégico desde el que vender el territorio, desde donde transportar nuestras historias a muchos kilómetros y desde el que hacer patria. Es verdad que no siempre este mensaje va a acompañado de una financiación necesaria para acometer proyectos ambiciosos que son los que realmente pueden colocar a Aragón en el mapa.

¿Qué significa eso?

Por ahí fue el discurso de la presidenta de la Academia del Cine y el Audiovisual de Aragón, María José Moreno, en la gala de esta semana. Aplaudió (y agradeció) la consideración del sector como estratégico para la comunidad, pero pidió concreciones. ¿Qué significa esto en el día a día para los cineastas, a la hora de afrontar los proyectos? Las facilidades para los rodajes es algo que ya está superado con el buen funcionamiento de las oficinas fílmicas, pero ha llegado el momento de un apoyo real desde la concepción de los proyectos y no solo recogiendo los aplausos posteriores. Que sí, siempre llegan, porque los cineastas aragoneses están en una liga muy alta de todo lo que se hace en España. Ayudémosles a hacer de ese camino algo más confortable.

La gala de esta décimo cuarta edición de los premios, por cierto, fue brillante, amena, entretenida y emotiva. Como debe ser una celebración de este tipo y es algo que quería destacar porque no siempre se consigue. Y, para mí, fue una de las mejores de la historia de los Premios Simón. Enhorabuena a todos los responsables. 

Tracking Pixel Contents