Pasión por Sabina en su despedida en Zaragoza: "Esta gira no nos la podíamos perder"

Decir adiós a lo que amas es difícil, pero todavía lo es más cuando lo que dejas atrás te ha acompañado durante medio siglo. Joaquín Sabina se despide de los escenarios con una gira bajo el nombre de 'Hola y adiós' que recala este jueves en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza y que todavía ofrecerá un concierto más en el mismo espacio este sábado. Los seguidores zaragozanos más fieles del artista jienense han afrontado la actuación de este jueves entre la tristeza por saber que este es el final de la carrera de su ídolo y la alegría por poder disfrutar, una vez más, de los «poemas» del cantante de Úbeda. 

A las 19.00 horas, dos horas y media antes del concierto, ya se dejaron ver por los aledaños del Príncipe Felipe los fans más tempraneros. Los motivos podían ser varios: por querer empaparse del ambiente, por quedar con los amigos para tomar algo antes del 'show' o simplemente por ser precavido y no llegar tarde al evento. En ningún caso acudieron con antelación porque quisieran contar con las mejores vistas de Sabina, pues los 6.800 espectadores que compraron su entrada contaban con su asiento reservado en el pabellón.  

Sentados tranquilamente en el bordillo más cercano a la zona de acceso se encuentran Javier y Angelines. Han llegado antes de que se abran las puertas, así que «charlan para matar el rato». Ellos son seguidores de Sabina «desde sus inicios, desde siempre» pero curiosamente, es la primera vez que van a tener la oportunidad de verlo en directo. «No hemos venido a ningún concierto suyo antes no porque no quisiéramos, sino porque nos coincidía siempre con que teníamos que trabajar o teníamos otras cosas importantes que hacer», declara Javier.

El destino ha permitido que vayan a poder disfrutar del talento andaluz en la última oportunidad que tenían de verlo en Zaragoza. «Cuando nos enteramos de que esta era su gira final no lo dudamos y estuvimos atentos para ver cuando salían las entradas. Esta no nos la podíamos perder», expresa Angelines. 

Un poco más alejados, pero igualmente ilusionados, José Manuel y Marina esperan también la apertura de puertas del Felipe. Padre e hija no son de la misma generación, pero claramente la pasión por Sabina se ha heredado en esta familia zaragozana que reside Tortosa. «En Navidad le regalé a mi padre las entradas de este concierto. Hace mucha ilusión poder verlo por última vez», señala Marina. 

Ella creció escuchando en el coche cada uno de los temas que sacaba el mítico artista. Su padre José Manuel es el que inició este «amor por Sabina». «Desde luego venimos más por mí que por ella», bromea. A él le gusta el jienense «desde que estaba en 'La Mandrágora' con Javier Krahe y Alberto Pérez» y aunque el estilo del artista «ha ido variando», José Manuel ha continuado apoyándolo hasta el final. 

Antes de que el público pudiera acceder al recinto, la banda musical de Sabina llevó a cabo la famosa «prueba de sonido». EL PERIÓDICO DE ARAGÓN tuvo la oportunidad de ver en directo el ensayo preparatorio de cara al concierto. Los músicos se mostraban relajados, quizá acostumbrados a acompañar a una leyenda del panorama musical español. Un rato después demostrarían ser las personas ideales para escoltar al mito Sabina en sus últimos recitales.