La escritora Alaitz Leceaga visita Zaragoza: "La mitología y el folclore enriquecen muchísimo las historias"

El pasado miércoles salió a la luz ‘La última princesa’, la nueva novela de la escritora vasca que traslada al lector al turbulento País Vasco de los años 90 con un ‘thriller’ inquietante e inolvidable que revive las leyendas del pasado

La escritora Alaitz Leceaga posa el pasado jueves con su novela en las inmediaciones de este diario.

La escritora Alaitz Leceaga posa el pasado jueves con su novela en las inmediaciones de este diario. / Jaime Galindo

Zaragoza

'La última princesa' es el título de la quinta novela de Alaitz Leceaga. Tras ser aclamada como autora del año con 'El bosque sabe tu nombre', sus siguientes historias se convirtieron en fenómenos editoriales que le valieron varios premios. La escritora bilbaína vuelve a escena con un 'thriller' atmosférico ambientado en la costa vasca de los años 90. Un relato que combina misterio, rituales y mitología vasca con secretos familiares inconfesables, donde el difícil contexto sociopolítico marcado por la actividad de ETA juega un papel importante.

"Esta es la historia de Nora Cortázar, una criminalista de la Interpol que trabaja en Lyon. Tras el fallecimiento de su madre, regresa a Lemóniz para el entierro, pero le sorprende el hallazgo de un cadáver en la central nuclear del pueblo", detalla Leceaga. Su amplia experiencia en casos de este tipo le llevan a entrar de lleno en la investigación, que no tarda en verse envuelta entre secretos, rituales y mitos que avivan viejas leyendas de la zona. "La protagonista se tiene que enfrentar a muchas cosas. Primero a su propio pasado, reencontrándose con su familia y con un antiguo novio, pero también a la aparición reciente de la tumba de una princesa celta, que ejercerá influencia en la investigación", explica la autora.

Esta criminóloga, afincada en Lyon, tendrá que tragarse sus sentimientos y colaborar con su expareja Irving, un arqueólogo de la zona. Será este el que le ayude, a raíz del descubrimiento del nicho de una princesa celta, a comprender el significado de los misteriosos símbolos que definen el ritual del asesino. Y es que la realidad es que los indicios con los que trabaja Cortázar apuntan a un ser sobrenatural.

Es en ese momento cuando entra en escena la fascinante mitología vasca con Gaueko a la cabeza, hacia quien apuntan todas las pistas. "Gaueko es el dios de la noche y las tinieblas. Dentro de toda la mitología del norte de España, este es el más temible. Tiene la capacidad de cambiar de forma y de esconderse en la oscuridad. Es la representación perfecta del mal que azota la región y el monstruo perfecto para una historia como esta", considera la escritora.

El poder de la mitología

No es ni muchos menos la primera vez que Leceaga incluye elementos mitológicos en una novela suya. "Para mí, la mitología y el folclore empastan muy bien con los 'thrillers'. Creo que de alguna forma enriquecen muchísimo las historias", opina. Estos seres sobrenaturales, dice la autora, siguen presentes en la vida de muchas personas norteñas de España. "En el fondo no es algo que suceda solo en la zona en la que está enmarcada la historia, sino también en otros puntos del país. En general, a todos nos gustan los cuentos, los mitos y las leyendas", señala Leceaga.

Acostumbrada a explorar los paisajes más bellos del país, Leceaga viaja en esta ocasión muy cerca de su casa para situar la historia en un lugar aparentemente tranquilo. Los bosques y las costas vizcaínas junto al municipio de Lemóniz y su central nuclear jugarán un papel fundamental en la trama. "Me atraía mucho la zona, pero sobre todo, el contraste que existe precisamente entre la naturaleza y lo que ha sido creado por el hombre. Me pareció un escenario ideal para situar un 'thriller' como este. Los personajes se acaban viendo envueltos en ese paisaje", afirma.

Leceaga ha situado el relato en un momento en que el terrorismo estaba demasiado presente en el País Vasco y en España. En la ficción, Nora es la hija de un hombre que, bajo la excusa de la lucha armada en Euskadi, asesinó a varias personas hasta que se le consiguió parar los pies. Así, ETA está presente en 'La última princesa'. "ETA forma parte de la ecuación en la investigación porque formaba parte de la realidad. No me parecía honesto escribir una historia ambientada en esa época y en ese lugar y no hacer ninguna mención a la banda terrorista", considera la escritora.

Las heridas abiertas son palpables en la historia y tienen influencia en el devenir de los hechos. Leceaga tiene claro con qué quiere que se quede el lector de 'La última princesa'. "Me gustaría primero que disfrutaran con una novela llena de giros siguiendo las pistas de la mano de Nora. Pero también quiero que vean que se trata de una novela de cazadores de monstruos, de las personas que persiguen a esos monstruos metafóricos que nos acechan", apunta.

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