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El zaragozano Pablo Pérez Palacio expone en Nueva York: “El arte es como comer, tienes que comer mucho para saber lo que está bueno”

Hasta el 15 de enero de 2026, la Queensbourough Art Gallery acoge una muestra de la obra del artista plástico con la instalación de ‘La tensión necesaria’

Pablo Pérez Palacio en la QCC Art Gallery de Nueva York con su recién inaugurada exposición 'La tensión necesaria'

Pablo Pérez Palacio en la QCC Art Gallery de Nueva York con su recién inaugurada exposición 'La tensión necesaria' / RICARDO OSTALÉ

Zaragoza

‘La tensión necesaria - NYC2025’ es un proyecto expositivo que, con Ricardo Ostalé como comisario, para el Queensbourough College of New York city. Hasta el próximo 15 de enero de 2026, la exposición luce una selección de obras de Pablo Pérez Palacio. “Es la exposición más grande que he hecho nunca”, admite Pérez desde Nueva York.

Pese a la diferencia horaria, Pablo Pérez Palacio (Zaragoza, 1983) despierta para explicar cómo fue a través de Ricardo Ostalé, colaborador de este centro universitario de Queensbourough, la sugerencia de este viaje neoyorquino: “Me dijeron que tenía que ser en octubre, tocaba correr, pero estas cosas es mejor cogerlas al vuelo y no perder la oportunidad”. Es la tercera vez que sus cuadros vuelan desde su estudio de Zaragoza a Estados Unidos, después de que en 2023 expusiera en Stanford y Miami, pero “ésta es la que cuenta”, sentencia Pérez.

Según lo define Pérez: “Exponer es la cima después de trabajar, poder compartirlo”. Por eso no oculta su emoción por los próximos meses, en los cuales pueden abrirse nuevos caminos laborales para el futuro. Además, lo suyo con la sala de Nueva York fue un flechazo a primera vista. Desde 2016 guardaba una serie de nueve cuadros de gran formato que nunca había tenido la ocasión de mostrar al completo: “Nunca había tenido la oportunidad de tener una pared tan larga como poner los nueve seguidos y cuando vi el espacio lo visualicé, aquí van los nueve”, cuenta Pérez que cuenta con una especial visión espacial y del sentido de la escenografía.

Agradece las facilidades que le han puesto en el centro para el montaje y destaca que va a contar con un catálogo escrito por Ricardo Ostalé, el pintor Francisco Borja Cortés y el gestor cultural cubano Omar-Pascual Castillo. “Además, he podido poner muchos de mis textos; el texto en mi trabajo es muy importante porque el proceso artístico empieza por la escritura y al final la abstracción viene a ser como una escritura plástica, termino mis textos pintando”, puntualiza Pérez. Para ese trabajo creativo literario suele encontrar tranquilidad en su refugio del Pirineo Aragonés: "La mitad del trabajo lo hago arriba y la otra mitad en Zaragoza".

Una vida rodeada de arte

Sus influencias, entre Barnett Newman, Rothko o Klein, tienen un nombre propio especial: José Manuel Pérez Latorre, su padre. “A raíz de la muerte de mi padre que me quedé en negro”, confiesa un conmovido Pablo Pérez. Pérez Latorre (Zaragoza, 1947-2023), fue uno de los arquitectos y artistas más significativos de Zaragoza, dejando una hermosa cicatriz en la ciudad con la construcción del Auditorio de Zaragoza y la ampliación del Museo Pablo Serrano, que irrumpe como un mar de cristal y luz en corazón urbano. “Mi padre desde muy pequeño no me ha cortado las alas para nada y siempre he estado rodeado de arte”, recuerda Pérez. Ese entorno familiar le ha hecho desarrollar un instinto especial para el arte: “Tengo el ojo más experto, porque el arte es como comer, tienes que comer mucho para saber lo que está bueno o no”.

Precisamente, la pérdida de su padre, con quien trabajó durante el periodo en el que el arquitecto acometió la ampliación del Pablo Serrano –“ahí hubo un aprendizaje en las dos direcciones”, comenta Pérez-, es el punto intermedio del trayecto que recorre esta exhibición: la evolución, con la que vuelve al concepto inicial de la indiferencia, estudio con el que consiguió su residencia en la Casa Velázquez (2021-2022) y el premio Santa Isabel de Aragón (2023); la muralla, momento de desaparición de horizontes y motivaciones por la ausencia; y, finalmente, el retorno, la vuelta al sueño, a la aspiración que requiere de tensión. “Yo tenía que buscar la tensión necesaria para no perder el sueño, de ahí surgen esos cuadros que vuelven a dar forma al sueño, al dorado”, glosa Pérez. La meta final es esta serie de ‘La tensión necesaria’ –la que él recuperó para seguir pintando-, que quienes contemplen esta exposición podrán ver en la sala grande.

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