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Ana Lena Rivera ('La casa de huéspedes') en Zaragoza: "Cuando estudiaba Historia en el colegio no sentía que aquello hablara de mí"

La escritora asturiana ha vistado recientemente Zaragoza con su última novela

Ana Lena Rivera en su reciente visita a Zaragoza para hablar de su último libro, ‘La casa de huéspedes’.

Ana Lena Rivera en su reciente visita a Zaragoza para hablar de su último libro, ‘La casa de huéspedes’. / Jaime Galindo

Daniel Monserrat

Daniel Monserrat

ZARAGOZA

Vuelve a las mujeres en su nuevo libro, ¿son las que mueven el mundo?

Desde luego lo sostienen, son las que nos han traído hasta aquí. 'La casa de huéspede's es la historia de mujeres nacidas en la primera mitad del siglo XX, unas antes de la guerra, otras después de la posguerra, y podría ser la abuela, las bisabuelas o las madres de cada uno, según la edad que tengamos.

En unos tiempos complicados...

Les tocó vivir unos tiempos tremendamente convulsos, el siglo más convulso de la historia de la humanidad, y además vivir en una sociedad en la que tenían especiales limitaciones por el hecho de ser mujer. Son cinco mujeres con cinco tipos de maternidad que no estaban aceptadas por la sociedad de la época, que centraba la familia en el hombre que salía a ganar el sueldo, la mujer cuidadora y los niños. Y , por ejemplo, quedaban fuera todas las viudas, que podían tener siete, ocho, nueve hijos, o las madres solteras. Es la historia de todas ellas, es un homenaje a estas mujeres que lo dieron todo por sacar a los suyos adelante y que muchas de ellas pueden ser las antepasadas de cualquiera de nosotros.

Lo que no se cuenta no existe, ¿esta novela es un disparo contra el olvido?

Yo conozco estas historias por tradición oral, de boca de muchas mujeres y también de algunos hombres, vamos, de mi padre, de mis tíos y del dueño del hostal que inspira esta casa de huéspedes. Pero si tú vas a los libros de Historia con mayúsculas, y no solamente el siglo XX, los registros históricos que corresponden a mujeres menos de un 3%. Y las mujeres somos la mitad de la población. Entonces, ¿esta historia de quién es? No sé quién se siente identificado, pero es muy fácil que yo, por lo menos cuando era niña y no tan niña y estudiaba Historia en el colegio, yo no sentía que aquello hablara de mí. Creo que todas estas historias reales, porque son sucesos que les ocurrieron a muchas mujeres y a bastantes hombres diferentes y anónimos, merecen tener un lugar en la transmisión escrita, en la literatura, ya que no lo tienen en la Historia. Porque creo que si no, todos esos ejemplos de resiliencia y aceptación que fueron nuestros abuelos, se van a perder.

Que se está perdiendo la tradición oral es un hecho que debería alarmarnos, ¿no cree?

Históricamente, así se transmitía la sabiduría de unos a otros.Y normalmente en boca de mujeres. Porque eran las que se sentaban, las que se quedaban a cargo de los críos y las que sentaban alrededor del fuego, las que recolectaban, las que estaban más tiempo en grupo y transmitían esa sabiduría que iban adquiriendo a los pequeños y a los jóvenes. Es verdad que estamos viviendo otra época que tiene muchísimas cosas maravillosas, pero también es verdad que tiene muchísimas formas de ocio que podemos elegir y ya no hace falta sentarse en la sobremesa a charlar, ya cada uno nos podemos poner nuestra serie de Netflix o nos podemos ir a jugar un videojuego, ya no hay ese ocio compartido. En los tiempos incluso en los que yo me crié, tú ponías la tele y salvo que fuera mediodía o por la noche, no había más que la carta de ajuste. Entonces te quedaba jugar en familia a las cartas, a juegos de mesa y ahí se hablaba, pero ya no se habla y por eso la tradición oral ha sido relegada a otro espacio y de alguna manera habrá que recogerla. Y ese es mi principal propósito personal a la hora de escribir estas novelas.

Este ‘La casa de huéspedes’ es, en realidad, una metáfora del mundo que habitamos.

Efectivamente, es como la vida, va pasando un montón de gente, gente que llega para quedarse, para irse, hay gente que llega y es un regalo, hay gente que llega y te hace daño y la vida es eso, es levantarte cada día y aceptar lo que venga. Lo que no podemos con nuestras vidas es diseñarla. Podemos tomar decisiones, podemos elegir cosas, pero dentro del escenario que a cada uno se nos propone. Yo estoy convencida que el escenario vital es distinto para cada persona, incluso los que nacemos muy próximos y nos criamos en una cultura muy similar.

¿Cuántas veces ha tenido que luchar contra la etiqueta de que escribe libros para mujeres?

Siempre, pero yo no lucho. Es la historia de una época, es la historia de nuestras abuelas y yo entiendo que son las abuelas de los hombres y de las mujeres. Entonces, además son que son historias crudas, o sea, quiere decir que tampoco tienen ahí ningún tinte que el lector masculino a lo mejor pueda rechazar.

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