James A. Castillo narra en su último filme al Goya de la Quinta del Sordo
El hispanocubano acaba de estrenar en el Festival de Sitges esta película de animación

Una escena de 'El fantasma de la Quinta'. / EL PERIÓDICO
JOSE OLIVA
El director y diseñador hispanocubano James A. Castillo se acerca a la figura del pintor aragonés Francisco de Goya en su filme de animación 'El fantasma de la Quinta' desde la perspectiva inédita de la Quinta del Sordo, una cinta que ha presentado en el Festival de Cine Fantástico de Sitges.
En una entrevista con 'Efe', Castillo revela que este proyecto nació de "una necesidad y del interés personal por llevar la animación a territorios de género, en este caso el terror, y en paralelo a intentar abordar una historia sobre la mortalidad y el arte".
El director se dio cuenta pronto de que Goya englobaba todos los temas que quería tratar: "Enseñando un pedacito de Goya ya estás hablando de la historia de España, la muerte, el arte, su crítica a la Iglesia, la Inquisición, y además yo tenía un interés personal en Goya desde muy pequeño, esa experiencia de ver el 'Saturno devorando a su hijo' que tantos hemos tenido".
El proceso creativo
En el proceso creativo, Castillo se dio cuenta de que "el mejor vehículo para contar la película era la propia Quinta del Sordo en lugar del propio Goya, como si fuera un narrador omnisciente que no puede dialogar con el pintor y se dedica sencillamente a observar, a veces con horror, otras con envidia, y otras con cariño, lo que le sucede".
El objetivo final es "arrancar esa pátina histórica" que tiene el propio personaje de Goya y "centrarnos en Francisco, ese señor anciano de 72 años, viudo, con demencia, con plumbosis, con sordera, que estaba viviendo en soledad".
Fijado el enfoque, el proyecto, apunta el director, fue adquiriendo fuerza gravitatoria y se fueron incorporando artistas y amigos, como el guionista Julio Serrano, que le ayudó con la imagen visual para que el espectador tome conciencia de la "vulnerabilidad" de Goya y a empatizar con el personaje, más que admirarlo.
Castillo se centra en el Goya de 1819 que se retira a la Quinta del Sordo, buscando aislamiento y paz, pero allí la enfermedad y la soledad lo empujan a un enfrentamiento final con los fantasmas de su pasado, y en un trance febril pinta las 'Pinturas Negras' directamente sobre las paredes, en un intento desesperado por exorcizar sus visiones.
Para el director, este es un momento interesante porque muestra a "un artista que está a punto de convertirse en el Goya que ha perdurado hasta la fecha, pues el Goya anterior es un pintor romántico, que pinta tapices, retratos y que hace grabados no sin mucha fortuna comercial".
Goya de la Quinta
Otra ventaja, añade Castillo, es que son unos años en la vida de Goya en los que no se sabe nada porque han muerto su mujer y también Martín Zapater, su mejor amigo, con el que mantuvo una asidua correspondencia.
"Nadie sabe qué está pasando en esa casa y las pinturas murales no las firma, son estrictamente una expresión suya directamente sobre las paredes, un ejercicio de expresión emocional sin una intención comercial", argumenta Castillo.

'El fantasma de la Quinta' se ha estrenado en el Festival de Sitges. / EL PERIÓDICO
Esta ausencia de información era el perfecto caldo de cultivo para hacer una conjetura sobre qué pudo pasar en esa casa sin entrar en terrenos históricos.
Castillo espera que el filme ayude a conocer mejor a este pintor universal, porque "pocos saben que las pinturas de la Quinta del Sordo estuvieron abandonadas durante sesenta años y nadie las había visto e incluso el propio Goya murió pensando que nadie vería las 'pinturas negras' nunca, ni tampoco saben que la finca fue derribada tras extraer las obras".
"La propia cara de Goya"
Con su experiencia en la animación, Castillo tuvo que recurrir al dibujo para manifestar la expresión de Goya, que en el cortometraje no habla: "Teníamos que asegurarnos de que la propia cara de Goya, su forma de moverse, hablasen de quién es como persona a nivel de su carácter y personalidad".
Hay también una evolución desde el Goya que aparece al principio del filme, presentado como "un noble, con cierta altura, con presencia, y que poco a poco se va viendo más vulnerable, débil y frágil".
La actriz Maribel Verdú, que ya participó en el filme de Carlos Saura 'Goya en Burdeos' en el papel de la Duquesa de Alba, presta en esta ocasión su voz a la propia Quinta del Sordo, "como si fuera una carta que le escribe la casa al artista después de que la abandone".
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