El 19 de octubre de 1885 fue inaugurada la primera línea del tranvía de Zaragoza, un medio de transporte que revolucionó la forma de moverse por una ciudad que se encontraba en plena expansión urbana.

Aquel 19 de octubre era la fecha previa a un día grande para la capital aragonesa, pues para aquel 20 de octubre estaba marcada en el calendario desde hacía tiempo la inauguración de la segunda Exposición Aragonesa que iba a tener como sede el nuevo Matadero Municipal, diseñado por el maravilloso arquitecto Ricardo Magdalena. Unos años antes, en 1868, se había celebrado la primera exposición en el marco de lo que hoy en día es la Plaza de Aragón, en un evento que pretendía mostrar al mercado los avances en la agricultura y la ganadería que estaba haciendo Aragón así como sus productos. El éxito fue tremendo a pesar de que la propia exposición se vio clausurada durante varios días porque justo entonces estalló la Revolución Gloriosa que provocó el destronamiento de Isabel II de Borbón.

Originario de Gales

El éxito había quedado impregnado en las mentes de las elites gobernantes de la ciudad, por lo que a los pocos años se comenzó de nuevo a hablar para organizar una segunda edición. En esta ocasión se centró en lo que iba a ser el nuevo matadero, un complejo moderno y a las afueras de la ciudad con unos 25.000 metros cuadrados situado en la por entonces carretera del Bajo Aragón y que junto a la cercana estación de Utrillas supuso uno de los centros de vertebración del creciente Barrio de Montemolín. Sin embargo, en esta ocasión, el lugar de exposiciones resultaba estar algo 'alejado' de la ciudad, por lo que se comenzó a pensar en instaurar un sistema de transporte público que facilitara la llegada de los visitantes hasta el lugar.

Ese sistema de transporte sería el tranvía, cuyo origen lo encontramos en el año 1807 en Gales, cuando la Oystermouth Railway comenzó a usar carruajes diseñados para transitar sobre raíles pero tirados por caballos, es decir, la llamada tracción a sangre. En un comienzo se usaron para transportar mercancías en distancias cortas, aunque enseguida comenzaron a viajar también pasajeros entre Oystermouth y los muelles de Swansea. El nuevo transporte se popularizó enseguida por el mundo, construyéndose en 1858 la primera línea en territorio (por entonces) español en La Habana, Cuba. No fue hasta 1871 cuando se comenzó a usar el tranvía en la España peninsular.

La historia del tranvía zaragozano

Alguien se podría preguntar, siendo que la máquina de vapor estaba inventada desde hacía tiempo y que ya se usaba para el ferrocarril convencional, cómo era que para el tranvía se usara en sus inicios la tracción animal. La respuesta es sencilla: las grandes y molestas cantidades de humo que estas máquinas accionadas por la quema de carbón provocaban, hacía que fueran muy impopulares, además de tener un coste mucho más alto que encarecía el billete.

La línea 1 del tranvía de Zaragoza que se inauguró aquel octubre de 1885 fue un auténtico éxito que no solo sirvió para facilitar la afluencia de público a la Exposición Aragonesa, sino que se mantuvo en el tiempo como solución a la movilidad de una ciudad que estaba creciendo a pasos agigantados, ya no solo en población, sino también en tamaño. Zaragoza había sido hasta ese momento una ciudad poco extensa en cuanto a terreno ocupado, ya que primero se pasó buena parte del siglo XIX recuperando la población perdida en los traumáticos Sitios de la Guerra de la Independencia, acaecidos entre 1808 y 1809. Además, tampoco había crecido demasiado en cuanto a suelo urbanizado, ya que durante ese tiempo lo que se hizo fue ocupar los enormes solares que antes habían ocupado muchos de los conventos y monasterios que quedaron dañados, destruidos o abandonados a consecuencia de la guerra, de las desamortizaciones o de ambas.

Pero en el último tercio del siglo XIX Zaragoza creció cada vez más rápido conforme se iba convirtiendo en una zona industrial que atraía mano de obra proveniente del Aragón rural, lo que la hizo expandirse y que fueran surgiendo parte de los barrios que hoy conocemos. Empezaba a dejar de ser una opción el moverse por la ciudad a pie. Desde entonces se apostó por el tranvía, y apenas 15 años más tarde de la inauguración de la primera línea la capital del Ebro ya contaba con 5, mientras que en el año 1902 se inauguró la primera línea electrificada que conectaba el centro con el barrio de Torrero.

Red radial

Con los años se fue creando una red radial que confluía en la actual plaza de España y que conectaba desde ahí con los diferentes barrios de Zaragoza, así hasta contar con 14 líneas diferentes en el momento de máximo esplendor de este transporte, allá por la década de 1950.

Pero a finales de los años 50 y comienzos de los 60 las ayudas estadounidenses a cambio de poder establecer bases militares en España conllevaron una mejora de la economía y después la llegada de capital y empresas extranjeras, lo que provocó el afianzamiento de una clase trabajadora que comenzaba a tener ciertas perspectivas económicas. Así, muchas familias comenzaron a poder permitirse el comprar un coche como medio de transporte, lo que hizo que bajara la demanda del tranvía a la vez que este comenzó a convivir con la incipiente red de autobuses urbanos a partir de la década de 1960. Poco a poco fueron retirándose las distintas líneas de tranvía fomentando el uso del autobús, hasta que el 23 de enero de 1976 hizo su último viaje la última línea que quedaba en activo, la 11.

Pero como sabemos, este no fue el final del tranvía en Zaragoza, ya que con los años la ciudad y su tráfico se fueron congestionando cada vez más, hasta que desde 1994 se empezaron a desarrollar nuevos planes de ordenación urbana con el objetivo de solucionar un problema creciente y que cristalizó en la construcción de la nueva línea 1, inaugurada en 2011. ¿Será la primera de varias o su casi prohibitivo coste lo hará inasumible? El tiempo lo dirá.