A finales del siglo XIX nació en la zaragozana localidad de La Almunia de Doña Godina una de las figuras más importantes de la industria cinematográfica española, sobre todo de la época del cine mudo y en los años de la segunda república. Florián Rey fue una figura destacadísima de ese periodo y, realmente no debe extrañarnos, pues por las razones que sea Aragón siempre ha estado muy ligado al séptimo arte y, muy especialmente en sus inicios. Ahí está por ejemplo el caso de Eduardo Jimeno Correas, cuya grabación 'Salida de misa de doce del Pilar de Zaragoza' es la más antigua conservada de toda España. Por no hablar del gran cineasta calandino Luis Buñuel, cuyas obras dejaron huella en medio mundo, el ingenio del turolense Segundo de Chomón, uno de los pioneros en lo que hoy llamamos efectos especiales, o a la actriz turiasonense Raquel Meller, sin duda la artista española con más renombre incluso a nivel internacional durante las décadas de 1920 y 1930.

Pero hoy toca centrarse en el director almuniense en este 128 aniversario de su natalicio. Al cumplir cuatro años, su familia se trasladó a Zaragoza, siendo allí donde el joven Antonio Martínez realizó sus estudios primarios y de bachiller, además de iniciar en 1909 la carrera de Derecho. Pero sin duda la abogacía no era lo suyo y pronto la abandonó, comenzando a hacer sus pinitos en el periodismo trabajando en 'La Crónica de Aragón' y, más tarde y ya en Madrid, en la 'Revista Financiera'. Su carrera periodística en la capital quedó en suspenso cuando le tocó realizar el servicio militar obligatorio, siendo su destino el protectorado español en el norte de Marruecos en una época terriblemente peligrosa y donde se sucedieron graves y sangrientos desastres militares como el del Barranco del Lobo en 1909, o el Desastre de Annual en 1921 y que dejaron miles de muertos e importantes protestas y revueltas en España.

Seudónimo

Afortunadamente, Antonio cumplió su tiempo de servicio licenciándose en 1918, momento en el que regresó a Zaragoza para seguir con su carrera en el periodismo, comenzando ya a utilizar a veces el nombre de Florián Rey como seudónimo. Es poco después, en el año 1920, cuando entró en el mundo del cine del cual se acabó enamorando. Aquel año trabajó como actor en la película 'La inaccesible', del director cántabro José Buchs Echeandía. Al año siguiente se pasó al teatro, siendo contratado tanto por el madrileño Teatro Eslava como por el Teatro de la Princesa, mientras que en 1923 actuó en la película 'Maruxa', la adaptación cinematográfica de una zarzuela homónima en la que por cierto se había hecho muy famosa la soprano aragonesa nacida en Gallur, Ascensión Betoré.

El éxito cosechado por aquella película confirmó como actor a un Florián Rey que ya no dejó de hacer películas en aquel cine mudo que comenzaba a atraer a cada vez más seguidores, pasándose ya en 1924 a la dirección con su primer rodaje, 'La revoltosa', la adaptación de otra zarzuela. En 1927 conoce a la actriz argentina Magdalena Nile del Río, más conocida como Imperio Argentina, siendo ella la elegida para protagonizar el siguiente éxito de Florián como director, 'La Hermana San Sulpicio'.

Cartel de la película 'Nobleza baturra', dirigida por Florián Rey y protagonizada por Imperio Argentina.

Cartel de la película 'Nobleza baturra', dirigida por Florián Rey y protagonizada por Imperio Argentina. EL PERIÓDICO

En 1929 dirige 'La aldea maldita', considerada como la mejor película del cine mudo español, pero la rueda justo en el momento en el que comienza a aparecer el cine sonoro, por lo que Florián no lo duda y viaja a Francia para familiarizarse con aquella novedosa técnica. Era renovarse o morir. No fue hasta el año 1933 cuando regresó a España ya dispuesto a seguir dirigiendo películas pero esta vez con sonido, convirtiéndose durante aquellos años de la segunda república en uno de los directores más importantes del momento dentro de una cada vez más pujante industria española del cine. Y es que durante la década de 1930, España vivió un notable impulso en su cine, basado sobre todo en películas de temática popular, costumbrista, apoyado en el folclore y mitos populares, y que pudo llegar a convertirse en una de las industrias más importantes de la Europa del momento. Durante aquellos años, Florián Rey volvió a rodar de nuevo 'La hermana San Sulpicio' en una nueva versión sonora además de otras películas de entre las cuales destaca la grandísima 'Nobleza baturra' (1935), en la que una vez más destacó la actriz Imperio Argentina, que por entonces era ya su esposa.

De ideología conservadora, Florián Rey se afilió a Falange Española y, ya en 1936, el estallido de la guerra civil truncó su meteórico ascenso

De ideología conservadora, Florián Rey se afilió a Falange Española y, ya en 1936, el estallido de la guerra civil truncó ese ascenso meteórico además de destrozar el hasta entonces pujante cine español. Durante aquellos años de guerra se marchó a la Alemania de Hitler junto a Imperio Argentina, donde llegaron a rodar un par de películas como 'Carmen la de Triana' (1938) y 'La canción de Aixa' (1939). Fue en esos años cuando el matrimonio se separó siguiendo caminos distintos, y el director aragonés regresó a España tras el final de la guerra retomando su carrera, rodando 'La Dolores' con la gran Concha Piquer. Sin embargo, nunca supo ni quiso adaptarse al cine encorsetado y censurado de la dictadura franquista, por lo que acabó retirándose en 1957, muriendo casi olvidado en Benidorm un 11 de abril de 1962. Aun con todo, nadie le puede quitar el haber sido uno de los cineastas más importantes de los inicios del cine español.