Pablo Serrano Aguilar nació en la localidad turolense de Crivillén, y sin duda fue uno de los más grandes escultores españoles y del mundo, algo que se muestra con algunos de los muchos reconocimientos que recibió, como la concesión en 1982 del Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Inició sus estudios de escultura en Zaragoza para después continuarlos en la ciudad de Barcelona. Pero es en Sudamérica donde adquirió fama y prestigio internacional. A partir de 1929 inició su actividad escultórica en Argentina y Uruguay, especialmente en su capital, Montevideo. Su estancia por aquellos lares duró 25 años. Sin embargo, a pesar de que vivía lejos de Europa, siempre mantuvo el contacto y estuvo al corriente de las vanguardias europeas en el arte de aquel momento.

Exposición permanente del IAACC Pablo Serrano en Zaragoza.

En los años cuarenta y cincuenta recibió varias veces el Primer Premio Nacional del Salón de Bellas Artes de Montevideo y se convirtió en un referente de la escultura en Latinoamérica. Chile, México, Uruguay, Puerto Rico y Argentina están salpicados de esculturas de este período de su vida. Pero todavía le faltaba dar el salto a Europa, regresar a sus raíces, cosa que hizo en 1955 tras recibir el Gran Premio de Escultura en la Bienal Hispanoamericana de Barcelona. En el año 1957 fundó el Grupo El Paso, que se convirtió en un movimiento vanguardista que introdujo el arte abstracto en la península.

Pablo Serrano.

Pablo Serrano.

Expuso sus obras en los principales museos de Europa y América, convirtiéndose en uno de los escultores más importantes a nivel mundial de la segunda mitad del siglo XX. Museos como los de Milán, Berlín, el MoMA y el Guggenheim de Nueva York, el Ermitage de San Petersburgo, el Centro Georges Pompidou de París, el de Arte Contemporáneo de la Villa de París, la Fundación Gulbenkian de Lisboa, el Middelheim de Amberes, la colección Gaudifond Arte, los Museos Vaticanos y el Centro Nacional de Arte Reina Sofía albergan sus obras; por citar tan solo los más prestigiosos, ya que la lista es interminable.

Finalmente, murió en Madrid en 1985, cediendo parte de sus obras al Museo Pablo Serrano de Zaragoza, responsable de investigar, exhibir y difundir el legado del artista. Han transcurrido ya muchos años desde su muerte, pero su obra ha dejado una honda huella en todo el mundo y por ello se siguen sucediendo innumerables exposiciones de sus trabajos en ciudades como Estrasburgo, Roma, Buenos Aires, Brasilia, Santiago de Chile, Rabat, Valencia, Madrid o Barcelona, pero desde destacando la difusión que hace de su obra el museo zaragozano que lleva su nombre, remodelado y ampliados hace tan solo unos años con el objetivo de convertirse en un referente del arte contemporáneo.

Imagen Venida de la Virgen, obra de Pablo Serrano.

Recomiendo a los que pasen en los próximos días por la plaza del Pilar que se fijen en la fachada de la Catedral-Basílica del Pilar, ya que contiene una de sus más famosas esculturas. Me refiero a la Venida de la Virgen, un magnífico relieve hecho en piedra caliza . No obstante, no es la única obra del aragonés que puede verse en la ciudad. También son de Pablo Serrano otras esculturas que visten a la capital aragonesa, como las de San Valero y el Ángel Custodio en la puerta del ayuntamiento o el monumento a José Sinués detrás del Teatro Principal y que podemos disfrutar restaurado desde hace unos años recuperando su forma original tras un acto de vandalismo que sufrió. Desde luego este turolense fue y sigue siendo uno de los aragoneses más internacionales y cuya obra sigue atrayendo las miradas de los amantes del arte contemporáneo.