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La batalla de Tafalla

Ramiro I, considerado como el primer rey de Aragón, no se contentó con el legado que le dejó su padre y pronto intentó también convertirse en rey de Pamplona

Imagen Escena de un ejército medieval

La Batalla de Tafalla es un conflicto que sucede en el siglo XI después de la muerte del rey de Pamplona Sancho III el Mayor, que durante su vida había acumulado el mando del reino de Pamplona, el condado de Castilla y los condados de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza. A su muerte en octubre de 1035 sus territorios fueron repartidos entre sus hijos. El primogénito era Ramiro Sánchez, pero era un hijo que nació fuera de matrimonio y, según las leyes no podía heredar el reino pamplonés. ¿Cómo quedó entonces el reparto de sus dominios? García Sánchez, el hijo mayor dentro del matrimonio entre su padre Sancho III el Mayor y su madre, Munia de Castilla, acabó heredando el reino de Pamplona y será conocido como García Sánchez III.

Un título que nunca utilizó

Mientras, el condado de Castilla fue heredado por Fernando y los condados del actual Pirineo aragonés se repartieron entre los hijos restantes de la siguiente forma: Ramiro recibió el condado de Aragón y Gonzalo los de Sobrarbe y Ribagorza. A Ramiro se le considera el primer rey de Aragón aunque, curiosamente, es un título que nunca utilizó, pues siempre se denominó en los documentos oficiales como Ramiro, hijo del rey Sancho. Eso sí, también hay que decir que sus contemporáneos tanto fuera como dentro de Aragón siempre le consideraron rey. Hemos de entender que todo este reparto no le debió gustar mucho a Ramiro de Aragón, puesto que él era el hijo mayor y sin embargo había heredado un pequeño condado entre las montañas en lugar del por entonces poderoso reino de Pamplona. De ahí que pronto iniciara sus planes para derrocar a su hermano y convertirse en rey de Pamplona, un conflicto que se dirimió en la poco conocida Batalla de Tafalla. La fecha de la misma está discutida, aunque lo más aceptado es que se produjo en el verano del año 1043. Ramiro aprovechó uno de los muchos viajes que hacía García III, ya sea por motivos diplomáticos o por peregrinación, para reunir un ejército y adentrarse con sus hombres en el reino de Pamplona. Este ejército debía ser importante para lo que se esperaba del territorio de Aragón, porque, al tener noticias de él, el rey de la taifa de Saraqusta, Sulaymán ibn Hud al-Mustain, solicitó una tregua con Ramiro ya que pensaba que el objetivo eran los dominios musulmanes, y como condición de tal tregua, Ramiro pidió que al-Mustain y sus aliados le acompañasen a Pamplona para luchar contra su hermano García III. De esta forma se unieron al ejército de Ramiro de Aragón contingentes de Zaragoza, Huesca y Tudela, territorios musulmanes por aquella época. Este ejército entró en los dominios del reino de Pamplona y se encontraron a su paso la ciudad de Tafalla, poniéndola bajo asedio para que capitulase rápidamente. Pero sus habitantes ofrecieron una feroz resistencia, defendiendo la ciudad decididos a no rendirse ante Ramiro de Aragón.

Rapidez

Al enterarse de estos acontecimientos, el rey García III se dispuso a organizar un ejército para ir a plantar cara a su hermano con el que consiguió llegar a marchas forzadas a Tafalla, con una rapidez que cogió completamente desprevenido al bando aragonés. Desconocemos muchos datos sobre el desarrollo exacto del enfrentamiento, aunque parece que la batalla fue precedida por algunas escaramuzas entre ambos bandos que alertarían a Ramiro de Aragón, que se preparó para la lucha lo más rápido que pudo. El ejército de Aragón y sus aliados musulmanes se dispuso de la siguiente forma. En el centro se colocaron los contingentes de los señores feudales aragoneses, donde se encontraría Ramiro junto con otro contingente de al-Mustain de Saraqusta. Aparentemente en el contingente musulmán también se encontraba el hijo de este, y quien sería el rey más brillante que tuvo la taifa zaragozana: al-Muqtádir. A ambos lado de este centro estarían protegiendo los flancos las tropas venidas de Tudela y de Huesca.

Formaciones cerradas

Al inicio de la batalla el ejército pamplonés se vio reforzado con algunos hombres del interior de la ciudad de Tafalla y sabemos que durante el combate fueron llegando más contingentes desde el interior de la ciudad. La batalla comenzó por la mañana con un asalto del ejército aragonés al ejército de García III, pero este ordenó a sus hombres agruparse en formaciones cerradas para resistir los asaltos del ejército de Ramiro I, los cuales se sucedieron durante toda la mañana. Aproximadamente al mediodía, García III de Pamplona observó que el ejército de su hermano estaba bastante más desgastado que el suyo, que había aguantado bien durante la mañana. Entonces ordenó avanzar cuidadosamente sobre el contingente aragonés donde, al ver el claro desenlace de lo que se avecinaba, Ramiro de Aragón huyó, comenzando la desbandada de su ejército.

El ejército de García III dejó que los soldados huyesen de la batalla, pero una vez asegurada la plaza de Tafalla, se dispuso a perseguir a Ramiro hacia el interior de Aragón. Este abandonó el condado aragonés y se refugió en Sobrarbe, que por aquel entonces aún pertenecía a su hermano Gonzalo. Es muy probable que algún tipo de mediación por parte del hermano de ambos, Fernando Sánchez de Castilla consiguiera apaciguar a García y Ramiro, dando por concluidas las aspiraciones al trono de Pamplona de Ramiro de Aragón, quien acabó por centrarse en el gobierno de sus dominios pirenaicos.

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