El Periódico de Aragón

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Semana Santa en el Bajo Aragón

Hablar de Semana Santa en nuestra tierra es hacerlo de la Ruta del Tambor y el Bombo del Bajo Aragón, una de las tradiciones más impactantes y llamativas de toda España

Romper la hora en Híjar.

Cada Jueves Santo tiene lugar en algunos pueblos del Bajo Aragón la famosa Rompida de la Hora. Existen nueve localidades en las que se celebra esta costumbre, que consiste en que los habitantes del lugar se juntan en la plaza principal del pueblo, generalmente a las 12 de la noche de Jueves Santo, con la excepción de Calanda que lo hace a las 12 del mediodía de Viernes Santo; y, ante una señal que varía según la localidad, todos tocan el tambor y el bombo al unísono, normalmente durante toda la noche, salvo Calanda que lo hace a partir del viernes.

Hoy en día, aunque sin perder el significado religioso, tiene un carácter más lúdico que espiritual. No son pocos los valientes que permanecen toda la noche en la plaza o recorriendo las calles de sus pueblos, aunque también hay que decir que otros muchos, pasado un rato, se van de fiesta mientras siguen tocando sus bombos y tambores formando diferentes cuadrillas que dan una animación especial a la velada y hacen difícil dormir a aquellos que quieren hacerlo. Y es que lo fundamental es que no haya ni un segundo de silencio en toda la noche. También son llamativos los duelos de tambores cuando una cuadrilla se encuentra con otra.

Poco sabemos del origen de esta tradición. Es sabido que en la Edad Media se realizaban diversas procesiones de diferentes hermandades religiosas en el Bajo Aragón y donde más noticias tenemos es en localidades como Calanda, Alcañiz e Híjar.

Rompida de la hora en Calanda. Toni Galán

La Semana Santa más antigua con esta tradición es la de Híjar, que cumple ya más de 500 años y donde se sigue manteniendo el nombre de «romper la hora», costumbre que queda constatada por escritos del siglo XII, recién conquistado el lugar. Se cree que empezó de manera desordenada y en señal de protesta, haciendo ruido con diversos utensilios en el monte Calvario el Jueves Santo por la noche. La segunda Semana Santa en antigüedad de la zona es la de Alcañiz, 200 años posterior a la de Híjar, aunque hoy en día no se haga la Rompida de la Hora (denominación más actual, no exenta de polémica, pero cada vez más extendida), en esta localidad. Y la tercera más vetusta es la de Calanda. A partir del siglo XVI empezó a llegar al Bajo Aragón la Orden Tercera de San Francisco que instauró los tambores y bombos, transformando la Semana Santa y la Rompida de la Hora en un acto organizado.

Esta tradición se extendió a las localidades vecinas a principios del siglo XX, que, aunque tenían Semana Santa, no tenían un ritual tan meticuloso. A pesar de que no sabemos muy bien el origen de esta costumbre, ese gusto por el ruido, bien sea de instrumentos de percusión o bien provocados por pirotecnia, huele a legado de al-Andalus. No es casualidad que las Fallas se celebren en Valencia, que en Andorra (otro de los pueblos de la ruta del tambor) en su festividad de septiembre haya una tradición pirotécnica y que la Rompida de la Hora se celebre en el Bajo Aragón, ya que tanto Valencia como Aragón eran lugares donde había un amplio porcentaje de población mudéjar y morisca.

Cofrades de Semana Santa junto al ayuntamiento. AYUNTAMIENTO DE ALCAÑIZ

A pesar de su posterior expulsión a comienzos del siglo XVII por orden de Felipe III de Habsburgo, muchas de las huellas y tradiciones de estas gentes quedaron impresas en la cultura de estos territorios, variando con el paso del tiempo. El caso es que, sean cuales sean las herencias culturales que le dieran origen, hoy en día se trata de una tradición reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, distinción concedida por la UNESCO, que asombra a propios y a extraños y que, por fin, tras dos años de ausencia por la maldita pandemia, regresa a estos pueblos del Bajo Aragón, por los que merece la pena perderse en cualquier momento del año, pero especialmente durante la Semana Santa.

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