El Periódico de Aragón

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Aragón y el camino de Santiago

El Camino de Santiago tuvo un papel fundamental en los orígenes de Aragón reino

Catedral de Jaca, parada el camino aragonés.

El Camino de Santiago sigue teniendo hoy en día un enorme atractivo para miles de personas que recorren cada año las diferentes rutas que lo componen, pero especialmente el ramal que conocemos como el Camino Francés. ¿Pero cuáles son sus orígenes y por qué tuvo tanta importancia en los inicios del reino de Aragón?

Para comprender mejor ese origen tenemos que irnos a la tradición cristiana que nos cuenta que en el año 40 d.C. la Virgen María se apareció a orillas del Ebro sobre una columna de jaspe en la ciudad hispana de Caesaraugusta, la actual Zaragoza, para animar al apóstol Santiago el Mayor en sus intentos por evangelizar estas tierras y que la gente se convirtiera al cristianismo. Alguna versión apócrifa también dice que la Virgen, sabedora de que su muerte estaba próxima, quería que los , cosa que hizo Santiago regresando a Judea donde entre los años 41 y 44 d.C. fue decapitado por orden del rey Herodes Agripa. doce discípulos de su hijo Jesucristo la acompañaran

Tras su ejecución, dos de los discípulos del propio Santiago llevaron los restos de este hasta la actual Galicia cruzando el Mediterráneo en una barca de piedra, enterrando allí al apóstol, en Iria Flavia, lugar en el que otra parte de la tradición nos cuenta que Santiago hizo su primera prédica en tierras hispanas.

Construcción del mito

Históricamente no se habla de todo esto hasta muchos siglos más tarde, cuando se relata que unas señales celestes ayudaron a descubrir una tumba cuyos restos fueron atribuidos a Santiago el Mayor, construyéndose un templo en su honor que fue creciendo y a cuyo alrededor se construyó Santiago de Compostela. Arqueológicamente se sabe que esa zona era desde la Antigüedad una necrópolis y había diversos enterramientos, mientras que en la propia tumba del apóstol se han encontrado restos de tres individuos, uno de ellos con lesiones óseas compatibles a la muerte por decapitación, que es la que nos cuentan que sufrió Santiago.

El hallazgo de esos restos nos lo sitúa la tradición en el año 813 durante el reinado Alfonso II de Asturias. Un monarca que estuvo muy discutido llegando a perder el poder en dos ocasiones y que parece factible que utilizara la historia del apóstol y una alianza con la Iglesia astur para legitimar su poder como rey. De hecho, a él se le atribuye la primera peregrinación hasta Compostela en el año 825, estableciendo este acto como el origen del Camino. Sea como fuere, la documentación ya nos habla en el año 895 de una importante donación a la tumba del apóstol por parte de otro monarca astur, Alfonso III, lo que indica que como mínimo a finales del siglo IX la monarquía ya estaba potenciando esta ruta de peregrinación.

Y no sólo para legitimar su poder asociándose al apóstol, sino porque también la afluencia de cada vez más peregrinos atraía riqueza a su reino además de un mayor contacto con el resto de la Europa cristiana. Su importancia fue creciendo, y desde el año 930 se empieza a documentar la llegada de peregrinos de más allá de los Pirineos, lo que indica su importante crecimiento y que con el tiempo Compostela se convirtiera, junto a Roma y Jerusalén, en uno de los centros de peregrinación más importantes de la Edad Media.

El rumbo del reino de Aragón

Mientras tanto, Aragón inicia su andadura como reino en el año 1035 con Ramiro I (aunque este nunca usó el título de rey), heredando el viejo condado aragonés. Un territorio pequeño, con poca riqueza al poseer pocas tierras para la agricultura y la ganadería. Durante su reinado se empezaron a poner las bases de su crecimiento, aunque esto se confirmará sobre todo con su hijo y heredero, el rey Sancho Ramírez, quien convirtió Aragón en una potencia regional en ciernes. Y para aumentar este potencial, una vez más la alianza entre la monarquía y la Iglesia fue fundamental, pues en eso momento el estamento eclesiástico era el único capaz de llegar hasta a la más remota de las aldeas.

De ahí viene el viaje de Sancho a Roma en 1068 para ser coronado rey por el Papa, la adopción del rito romano en detrimento del mozárabe, y la potenciación de monasterios como el de San Juan de la Peña. En esa estrategia también se potenció la ruta tolosana del Camino de Santiago, tratando de atraer a peregrinos para que atravesaran el Somport y no fueran por Roncesvalles. Eso atrajo dinero, comercio, crecimiento poblacional y más recursos.

Por eso, las primeras menciones que tenemos de la presencia del Santo Grial en San Juan de la Peña son de ese tercio final del siglo XI como estrategia para atraer peregrinos por la zona, además de construirse el hospital de peregrinos de Santa Cristina de Somport, uno de los más importantes de la cristiandad, según el Codex Calixtinus. Desde luego, sin los aportes que hizo el Camino de Santiago en su ramal aragonés, el todavía incipiente reino de Aragón es probable que nunca hubiera conseguido llegar a ser lo que fue o, al menos, habría tardado mucho más tiempo.

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