El Periódico de Aragón

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Alfonso V y el saqueo de Marsella

Entre el 20 y el 23 de noviembre de 1423, las tropas de Alfonso V de Aragón atacaron y saquearon brutalmente la ciudad francesa de Marsella

Capilla del Santo Grial en la catedral de Valencia, con las cadenas de Marsella.

Es uno de esos episodios de la historia que habitualmente quedan sumidos en las nieblas del pasado y en cierto olvido. ¿Pero por qué Alfonso V de Aragón ordenó el ataque y saqueo de la ciudad de Marsella a finales de ese año 1423? Para conocer mejor este episodio primero nos tenemos que ir hasta Nápoles, un reino largamente ambicionado por la Casa de Aragón desde hacía siglos y que se disputó con la casa francesa de Anjou desde el último tercio del siglo XIII. Durante el siglo XV el reino napolitano fue bastante inestable con diferentes ramas de los Anjou que reclamaban el trono para sí mismos, y en esta situación, la reina Juana II de Nápoles, quien no contaba con descendencia y a la que le querían quitar el trono, solicitó ayuda a Alfonso V de Aragón, quien no andaba demasiado lejos ya que estaba con su flota y su ejército asediando la ciudad de Bonifacio en su intento de conquistar la isla de Córcega. Un asedio que le tenía bloqueado desde hacía meses y que no tenía visos de mejorar, así que cuando llegó la petición de ayuda de la reina Juana de Nápoles no se lo pensó demasiado y acudió en su ayuda.

Agradecida, Juana le convirtió en su heredero y Alfonso se quedó en tierras italianas. Pero no estaba dispuesto a esperar su nueva herencia y comenzó a gobernar por encima de sus atribuciones, por lo que la anterior alianza se tornó en enemistad y Juana se apresuró a buscar nuevas alianzas para tratar de expulsar de su reino a las fuerzas de la Corona de Aragón. En el año 1423, el papa Martín V, Luis III de Anjou y el duque Filippo María Visconti de Milán se aliaron junto a Juana en contra del monarca aragonés, al cual para empeorar la situación le llegaban preocupantes noticias de la situación de la Corona de Aragón con respecto a la Castilla de su primo, el rey Juan II. Así, Alfonso dejó una guarnición en la ciudad de Nápoles y comenzó a preparar su regreso hacia la península Ibérica, aunque sin duda con la firme intención de regresar (cosa que hizo), y hacerse con el reino napolitano.

Pero el apoyo de Luis III de Anjou a Juana no quedaba en el olvido y a Alfonso le habían llegado noticias de que uno de los feudos del francés, la ciudad de Marsella, habían quedado desprotegida debido a que sus mesnadas habían acudido precisamente a Italia para expulsar a Alfonso V. De modo que el viaje de regreso hacia la Corona de Aragón lo vio también como una oportunidad de infligir el mayor daño posible a sus enemigos atacando la propia Marsella.

Plano de Marsella de finales del siglo XVI.

La flota de la Casa de Aragón, compuesta por 18 galeras y 12 naves más de distinta tipología, fue recorriendo las costas italianas y ya en el mes de noviembre fue avistada en Niza y también en Tolón. Era un secreto a voces que la armada aragonesa iba a tratar de atacar la ciudad de Marsella por su situación de indefensión, por lo que se llevaron previamente algunos de los tesoros de los monasterios más importantes de la ciudad. Marsella contaba con unas murallas defensivas importantes que en condiciones normales no habría sido tan fácil tomar, pero con casi todas las fuerzas de los Anjou en Nápoles, la ciudad francesa apenas contaba con 3 centenares de soldados para defender el perímetro. Mientras, su puerto, uno de los mejores de todo el Mediterráneo, estaba protegido en su estrecha embocadura por una cadena de 15 metros de longitud que al tensarla impedía el acceso de barcos enemigos.

El 18 de noviembre los centinelas avistaron la flota, desembarcando las tropas de tierra el día 20 e iniciándose el ataque por mar y tierra. A pesar de la resistencia, las escasas tropas que defendían la ciudad poco más pudieron hacer, y ese mismo día consiguieron rebasar tanto las murallas por varios puntos como romper la cadena del puerto gracias a varias galeras valencianas. La lucha continuó en el interior de la ciudad provocando un importante incendio, pero la falta de autoridad marsellesa hizo que toda resistencia fuera inútil, comenzando 3 días de saqueos ordenados por el rey Alfonso V de Aragón. Ya el 23 de noviembre el rey ordenó la reagrupación de sus fuerzas y el reembarque, llegando a Valencia el 12 de diciembre de 1423. Mientras, pasó mucho tiempo hasta que Marsella recuperó cierta normalidad, ya que la zona cayó en la inseguridad y muchos de sus habitantes se marcharon hasta que en 1426 se estableció la obligatoriedad de regresar so pena de ver confiscadas sus propiedades. Todavía hoy, 599 años después del ataque, se puede ver uno de los testigos del saqueo de Marsella, que no es otro que la cadena del puerto y que se puede ver colgada en uno de los muros de la capilla del Santo Grial de la catedral de Valencia.

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