ENTENDER+ CON LA HISTORIA

El milagro de Empel

¿Por qué es festivo en España el día de la Inmaculada Concepción?

‘El Milagro de Empel’, por  Augusto 
Ferrer-Dalmau

‘El Milagro de Empel’, por Augusto Ferrer-Dalmau

Sergio Martínez Gil

Sergio Martínez Gil

Cada 8 de diciembre, y enlazado de forma casi consecutiva con la festividad del día 6 que conmemora el referéndum en el que se aprobó la actual constitución española de 1978, se celebra como jornada festiva el día de la Inmaculada Concepción. ¿Pero cuál es el origen de que este día sea festivo en España? Esta es una historia que, con el paso del tiempo, había quedado sumida prácticamente en el olvido hasta los últimos años en los que se está recuperando su conocimiento a nivel popular. Y es un hecho que nos lleva hasta el siglo XVI y al conocido como Milagro de Empel.

Entre finales del siglo XV e inicios del XVI, las políticas de alianzas de Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla forjadas con los matrimonios de sus hijos, provocaron que el nieto de los Reyes Católicos, Carlos de Habsburgo, heredara en enero del año 1516 unos vastos dominios en varios continentes. Fue así como se fue forjando la Monarquía hispánica, el primer imperio global de la Edad Moderna. Como parte de esos dominios, y viniendo de su herencia paterna, Carlos gobernó también sobre Flandes, siendo uno de sus dominios más importantes en lo económico gracias a su pujante comercio especializado en la fabricación de prendas textiles con la lana que llegaba desde Castilla.

Pero al poco de llegar al trono, el 31 de octubre del año 1517 Martín Lutero clavó en la puerta de la iglesia de Wittenberg sus famosas 95 tesis, dando inicio así al protestantismo frente a la Iglesia Católica y al periodo de las guerras de religión en Europa. En los años siguientes surgieron el luteranismo, el calvinismo y otras nuevas versiones de la fe cristiana que abjuraban de Roma y de los papas. Una cuestión que acabó dividiendo a la cristiandad y sobre todo al Sacro Imperio Romano Germánico, del que el propio Carlos se convirtió poco después en emperador.

Panorámica de Bruselas.

Panorámica de Bruselas. / EFE

Otro lugar donde arraigó con mucha fuera el protestantismo fue en lo que hoy en día son los Países Bajos. Un no demasiado grande pero muy complejo territorio en lo orográfico, compuesto por varias regiones, de entre las cuales destaca la de Flandes. Más adelante en el tiempo, y tras abdicar el emperador Carlos V de su gran poder, asumió el trono a mediados del siglo XVI su hijo Felipe, pasando de un soberano muy viajero como fue su padre a otro que prácticamente no salió de sus dominios peninsulares para gobernar desde allí ese gran imperio.

La situación en Flandes se fue complicando, ya que las cuestiones religiosas eran también cuestiones de Estado y de política, y más con una Monarquía hispánica que se había autodeclarado como la garante y defensora de la fe católica. La diversidad de intereses económicos y políticos acabó derivando en el inicio de una rebelión abierta por parte de las regiones de mayoría protestante, comenzando así la llamada Guerra de los Ochenta Años o Guerra de Flandes (1568-1648).

La obra representa el momento en que Justino de Nassau rindió la ciudad de Breda, en 1625, a las tropas españolas al mando del general Ambrosio Spínola, que aparece recibiendo las llaves de la ciudad de manos de su enemigo.

'La rendición de Breda'. / Velázquez. Museo del Prado.

Un conflicto que fue un auténtico sumidero de recursos demográficos y económicos para la Corona con el envío de los famosos y feroces tercios, que durante prácticamente siglo y medio tuvieron la primacía militar en el continente europeo. Y es en ese contexto cuando llegamos al Milagro de Empel, que se fraguó entre los días 6, 7 y 8 de diciembre del año 1585, y que se conmemora cada 8 de diciembre. Los Países Bajos no se llaman así por casualidad, sino que buena parte de su territorio está prácticamente al nivel del mar e incluso tiene un nivel inferior, lo que las hace unas tierras fácilmente inundables. Por ello se desarrollaron canales y diques para intentar paliar estos desastres naturales en la medida de lo posible, y que muchas veces se utilizaban también durante la guerra.

Así fue como en aquellos días de diciembre de 1585 el Tercio Viejo de Zamora al mando del maestre de campo Francisco Arias de Bobadilla quedó cercado en la isla de Bommel por parte de las tropas enemigas. Ante la negativa a rendirse, las tropas de la Provincias Unidas abrieron uno de esos diques para inundar toda la región, quedando solo sin cubrir por las aguas lo alto del monte Empel, donde se refugiaron las tropas del tercio. En ese momento, y sin esperanza de vencer, un soldado que estaba excavando una trinchera encontró una tabla flamenca de madera con la imagen de la Virgen María. El maestre Francisco de Bobadilla lo consideró como una señal divina y mostró la imagen en procesión. Mientras, esa misma noche del 7 al 8 de diciembre, las temperaturas bajaron de forma tan brusca y repentina que las aguas del río Mosa se congelaron, permitieron al tercio escapar de su encierro en Empel y atacar por sorpresa a sus confiados enemigos logrando una gran victoria. El propio almirante holandés, Felipe de HohenloheNeuenstein, llegó a decir la famosa frase de «tal parece que Dios es español al obrar tan grande milagro». Debido a estos acontecimientos, la Inmaculada Concepción de la Virgen María fue proclamada como patrona del arma de infantería española, lo que acabó derivando a que hoy podamos disfrutar de un nuevo día festivo en el calendario.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents