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La torre de los italianos, uno de los iconos arquitectónicos del barrio de Torrero
Este es el verdadero significado y origen de La Torre de San Antonio

La iglesia de San Antonio de Padua, en Zaragoza. / El Periódico de Aragón
A cualquiera que haya pasado cerca de la torre de la zaragozana iglesia de San Antonio de Padua como mínimo le habrá llamado la atención. Primero por sus formas, pues más bien parece una torre sacada de una fantasía medieval que otra cosa. Segundo, por el nombre que hay en la gran arcada que hace de entrada a la iglesia y que está escrito con grandes letras en lengua italiana: «Sacrario militare italiano». ¿Pero qué es lo que significa esto y cuál es su origen?
Italia fue unificada en un solo país con forma de monarquía desde mediados del siglo XIX. Una unificación impulsada por el reino de Piamonte y la dinastía de los Saboya, y que nació con el espíritu de ser una gran potencia. Por eso se acabó embarcando en conflictos coloniales cuando pudo o en las guerras mundiales, lo que le llevó a desarrollar la tradición de construir grandes y monumentales cementerios conmemorativos en aquellas tierras del extranjero en las que hubieran participado combatientes italianos. Ese es el inicio de los sacrarios militares, siendo el dictador Benito Mussolini el gran impulsor de los mismos como arma propagandística.
Ahora quizás la pregunta sea, ¿qué hace un cementerio italiano de esos en Zaragoza? Pues efectivamente nos tenemos que ir a la Guerra Civil Española (1936-1939), en la cual fue muy importante la ayuda que la Italia fascista envió al bando franquista en su lucha contra el gobierno de la segunda república española. Fueron miles los soldados que formaron parte del Corpo Truppe Volontarie a lo largo del conflicto, y también varios miles los que murieron en territorio español. Por ese motivo fue fraguando la idea de construir un gran cementerio para los caídos en tierras españolas. ¿Pero dónde hacerlo?

Torre de San Antonio de Padua de Zaragoza / EL PERIÓDICO
Zaragoza se convirtió en el lugar ideal por varias razones. En primer lugar, la capital aragonesa quedó desde el primer momento de la sublevación militar de julio de 1936 en manos de los sublevados, pero marcando el mismo frente de guerra durante cerca de dos años con todo lo que ello suponía. Además, en las afueras de la ciudad, y de camino al cementerio de Torrero, existía ya desde 1926 una iglesia y un convento dirigido por monjes capuchinos y que fue dedicado a San Antonio de Padua, uno de los santos con mayor devoción en Italia. En dicho convento el capellán italiano Pietro de Varzi promovió que fueran llevados hasta allí los soldados italianos heridos durante la guerra para que fueran atendidos por los monjes. Con el paso del tiempo fue él mismo quien gestionó la construcción de un sacrario en ese lugar, algo que cuadraba perfectamente con las ideas de un Mussolini que llegó a creerse que él mismo era una especie de reencarnación del emperador Augusto. ¿Y qué mejor lugar para hacer el cementerio a los caídos en España que en la ciudad fundada por el propio Augusto y que, recordemos, fue la única en llevar su nombre completo?
Muy pronto comenzaron unas obras financiadas por el gobierno italiano con un gran proyecto a cargo del arquitecto pamplonés Víctor Eusa Razquin, cuya idea era la de construir una torre de 80 metros de altura que pudiera verse desde todas partes. Sin embargo, el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial y la mala marcha del conflicto para los intereses italianos hicieron que los fondos económicos y la propia torre se quedaran literalmente a medias. Aun así, el edificio fue terminado (aunque con la mitad de la altura proyectada), y la propia torre, que no es otra cosa que un cementerio en altura, alberga los restos de miles de italianos fallecidos en España. Eso sí, no solo los de aquellos que participaron en el bando franquista. El régimen de Mussolini fue derrotado, la guerra terminó, y en Italia cayó la monarquía estableciéndose una república. Como propietario del inmueble, pues de hecho cuando uno accede a la Torre de San Antonio está entrando en territorio italiano como si de una embajada se tratara, el nuevo Estado italiano resignificó el edificio e hizo que fueran también enterrados aquellos que murieron defendiendo el bando republicano. Y ese es el origen de la que muchos llaman la torre de los italianos.
Para terminar, vamos con un apunte para los futboleros. A principios del año 1964 la plantilla de la Juventus de Turín hizo una visita a la torre cuando llegó a la capital aragonesa para jugar contra el Real Zaragoza un partido de la Copa de Ferias (precedente de la actual Europa League). La victoria en La Romareda se decantó por el conjunto zaragocista por 3 a 2 y, de hecho, el club aragonés acabaría ganando en esa misma edición su primer título europeo.
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