Un rincón para Goya olvidado en el Parque Grande de Zaragoza

El edificio, ejemplo de estilo racionalista, se acerca a su centenario

El Rincón de Goya, Zaragoza

El Rincón de Goya, Zaragoza / SERVICIO ESPECIAL

Sergio Martínez Gil

Sergio Martínez Gil

Aunque todavía queda tiempo para que llegue, poco a poco, y de forma inexorable, nos estamos acercando a un cada vez más próximo año 2028 que en el ámbito cultural no va a ser un año cualquiera en tierras aragonesas. O al menos eso es lo que se pretende.

Y es que el 16 de abril de 2028 llegaremos al bicentenario de la muerte en la ciudad francesa de Burdeos de uno de los mayores genios de la historia del arte y de la pintura como fue el aragonés Francisco de Goya y Lucientes. No hace falta decir que no solo fue un excepcional pintor, sino que su amplia obra cambió la historia de la pintura para siempre a nivel mundial.

Tristemente, Aragón y Zaragoza han pasado a lo largo del tiempo de puntillas a la hora de relacionarse con una de sus figuras más universales. Pero si una cosa da el paso del tiempo es nuevas oportunidades para cambiar las cosas, y afortunadamente las instituciones aragonesas y zaragozanas llevan ya unos años trabajando de forma cada vez más intensa para reivindicar a uno de sus vecinos históricos más ilustres en una estrategia que debe lograr, de una vez por todas, que en todo el mundo se asocie al pintor nacido en Fuendetodos con Aragón y con esa Zaragoza en la que se formó y empezó a dar sus primeros brochazos, de la misma manera que todo el mundo asocia a otros artistas como Picasso con su Málaga natal.

A la sombra de su maestro y cuñado, el también extraordinario pintor aragonés Francisco Bayeu, Goya comenzó a trabajar, a recibir sus primeros encargos, aunque algunos acabaran como el Rosario de la Aurora con ese espectacular “Salve Regina” del Pilar que, aunque hoy nos maraville, no gustó absolutamente nada a los miembros de la Junta de Obras de la catedral zaragozana (por entonces todavía no era basílica).

Todo este trabajo está derivando en actos de promoción, nuevas exposiciones, una reforma integral del Museo Goya Camón Aznar, y algunas otras ideas que, también hay que decirlo, están generando polémicas en edificios tan emblemáticos como La Lonja. Aun así, siempre es bienvenida una apuesta tan fuerte por el arte y la cultura, ya que otras ciudades españolas las llevan tomando como emblema promocional para posicionarse en el mapa desde hace décadas con mucho éxito, siendo crucial que la capital aragonesa también intente emprender dicho camino.

Pero hoy quiero hacer referencia en estas líneas a otro rincón, nunca mejor dicho, que este próximo 16 de abril va a cumplir 97 años de su inauguración, y que se aproxima inexorablemente hacia su centenario sumido en cierto olvido. Así me lo recordó un amable lector con una carta y a quien aprovecho a agradecer sus palabras desde aquí. Ese lugar del que hablo es el Rincón de Goya, que aprovechando la efeméride de la muerte del pintor, fue inaugurado un 16 de abril pero de 1928 como parte de los actos institucionales de conmemoración del primer centenario de su fallecimiento.

Un lugar de cuyo diseño se encargó el gran arquitecto zaragozano Fernando García-Mercadal, una de las grandes figuras de la arquitectura aragonesa del siglo XX, y que dio con este edificio emplazado en el Parque José Antonio Labordeta un maravilloso ejemplo de arquitectura racionalista.

Imagen centrada en las traseras del Anfiteatro del Rincón de Goya en el Parque de Primo de Rivera, diseñado a mediados de los años 80

Imagen centrada en las traseras del Anfiteatro del Rincón de Goya en el Parque de Primo de Rivera, diseñado a mediados de los años 80 / GRAN ARCHIVO ZARAGOZA ANTIGUA

De hecho, fue el primer edificio construido en España con este tipo de arquitectura, y nació gracias a la influencia que tuvieron en García-Mercadal otros arquitectos como Le Corbusier o Gropius. Un edificio que supuso además un punto de ruptura con la arquitectura academicista y el también espectacular estilo neomudéjar que imperaba por entonces en la capital zaragozana.

Es cierto que la obra, muy rompedora para su tiempo, no fue especialmente bien acogida por la opinión pública del momento, y ese proyecto que quería destinar el complejo a albergar una biblioteca dedicada al pintor y un museo para mostrar sus obras nunca llegó a completarse. De hecho, el edificio acabó teniendo otros usos a lo largo del tiempo, siendo también cierto que su ubicación en un extremo del parque, incluso hoy en día, dificulta en gran medida su impulso.

Sin embargo, y dadas sus pioneras características en Aragón y en España, el Rincón de Goya es un espacio de la ciudad, declarado desde 2003 como Bien de Interés Cultural (la máxima categoría de protección que da la legislación actual), que sea cuando sea debería hacerse un esfuerzo por parte de todos para que deje de estar sumido en el olvido de los propios zaragozanos y ocupar el lugar para el que hace ya casi un siglo fue soñado, diseñado y construido.

Tracking Pixel Contents