Entender + con la historia
El inicio de San Jorge como patrón de Aragón: de la Batalla de Alcoraz del año 1096 hasta su nombramiento en 1461
¿Desde cuándo se habla de San Jorge en Aragón? ¿Cuándo comenzó su devoción en tierras aragonesas?

Imagen de San Jorge y el Dragón.

El 23 de abril es uno de los días festivos más especiales para todos los aragoneses gracias a la celebración del Día de Aragón y de su patrón, San Jorge. Quien más y quien menos conoce la historia de ese caballero que se enfrenta a un dragón que estaba asolando una región entera, pues para que no cometiera demasiados desmanes primero le dan de comer todo el ganado y, después, a seres humanos. Pero ahí llega San Jorge, quien termina por salvar a la princesa que, por sorteo, le había tocado ser el alimento del dragón ese día. Lo que vemos aquí realmente es una de las explicaciones cuya moraleja hicieron especialmente popular a este santo, cuyo origen viene de Oriente y que incluso ha tenido mucha importancia en el mundo islámico donde es conocido como al-Qadir (el Verde).
Toda esta historia del caballero y el dragón no es más que una explicación de la lucha eterna entre el bien y el mal, entre el orden y el caos, lo que hizo que se hiciera muy popular entre los cruzados cuando conocieron la historia y sus diferentes versiones durante las Cruzadas en Tierra Santa, llevándola después a Europa. A partir de entonces se extendió cada vez más la figura de San Jorge entre los caballeros y también entre los monarcas, pues estos se ven precisamente como garantes del bien y del orden frente al caos y al mal que representa el dragón. Así, encontramos la figura de San Jorge en muchos lugares de Europa como Inglaterra, Rusia y por supuesto en la Corona de Aragón.
¿Pero desde cuándo tiene tanto arraigo la figura de San Jorge en Aragón? La tradición pone el punto inicial en la Batalla de Alcoraz que se produjo en el año 1096 a las puertas de la ciudad de Wasqa, la actual Huesca, y por entonces perteneciente a la taifa de Saraqusta (Zaragoza). Dos años antes, el rey Sancho Ramírez ya lo había intentado, pero una flecha certera le dejó herido de muerte y, antes de que se levantara el campamento, hizo jurar a sus hijos mayores, los infantes Pedro y Alfonso, que acabarían lo que él no pudo concluir.
Y así lo hizo su primogénito y sucesor, Pedro I. Huesca, que era el gran escudo que protegía a la taifa zaragozana y al fértil valle del Ebro frente al expansionismo aragonés, se encontraba ya al límite de sus fuerzas cuando llegaron noticias de que por fin venía de camino un gran ejército a socorrerla. En los terrenos del Alcoraz se libró una feroz batalla entre cristianos y musulmanes en la que, en cierto momento, parecía que la victoria se inclinaba del lado de los defensores. Pero fue en ese instante cuando la tradición nos cuenta que se vio a un caballero de halo divino que, gracias a su empeño en la refriega, consiguió dar ánimos a las tropas aragonesas logrando una contundente victoria. Huesca se rindió solo unos días después, y el todavía joven reino de Aragón puso por fin sus pies en el llano.
Evidentemente, esta es tan solo una tradición, pero se llegó a pensar que ya desde ese mismo momento la figura de San Jorge quedó ligada tanto al reino de Aragón como a aquella batalla, tal y como se ve en uno de los cuarteles del escudo aragonés en el que aparece la Cruz de Alcoraz. Pero la realidad histórica es que la relación entre San Jorge y Aragón es bastante más tardía, y tenemos que esperar un tiempo hasta que se empiece a ver esa popularidad de la que acabará gozando. Esta comienza realmente en el siglo XIII, cuando más de un siglo después de la Batalla de Alcoraz, el rey Pedro II el Católico fundó la Orden de San Jorge de Alfama en el año 1201, aunque apenas duró unos años.
Ya en el siglo XIII está documentada la existencia de una ermita en Huesca dedicada a San Jorge en el mismo cerro que sigue llevando hoy en día su nombre. Pero no fue hasta bien avanzado el siglo XIV cuando se empezó a relacionar totalmente a este santo con la Batalla de Alcoraz, comenzando entonces a desarrollarse toda esa mitología de la que hablaba anteriormente. Desde ahí, San Jorge y su simbología fueron cogiendo cada vez más peso en la monarquía aragonesa, pero todavía hubo que esperar un tiempo para que se convirtiera en el patrón oficial del reino de Aragón. Eso nos lleva al año 1461, ya durante el reinado de Juan II el Grande. En las Cortes del reino aragonés celebradas en la ciudad de Calatayud, se decidió que San Jorge sería el patrón del reino y que se celebraría cada 23 de abril tal y como seguimos haciendo hoy 564 años después.
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