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El día en el que un rayo cayó sobre la Seo de Zaragoza y mató al campanero

Destruyó el chapitel de la catedral y provocó un incendio que acabó con la vida del campanero

Plaza de la Seo

Plaza de la Seo / Miguel Ángel Gracia

Sergio Martínez Gil

Sergio Martínez Gil

El espacio que ocupa la Seo del Salvador de Zaragoza tiene una larguísima historia de al menos dos milenios siendo uno de los principales espacios religiosos (y también políticos), de Zaragoza y Aragón. Desde el templo principal del foro de la Caesaraugusta romana, pasando por la probable iglesia visigoda dedicada a San Vicente, o la historia de la mezquita aljama durante el dominio islámico de la ciudad.

Una vez fue conquistada por las tropas cristianas del rey Alfonso I el Batallador, rey de Aragón y de Pamplona, a finales del año 1118, la mezquita aljama fue reconvertida en catedral cristiana reutilizándose en un inicio su construcción, hasta que a lo largo de ese siglo XII comenzó a sustituirse por un templo netamente de estilo cristiano que fue evolucionando a lo largo de los siglos hasta ver la actual maravilla arquitectónica que es.

Lo que sí que se reutilizó durante bastante más tiempo,al igual que ocurrió en otros lugares de Aragón y del resto de la península ibérica, fue la gran torre-alminar de la antigua mezquita, a la cual le añadieron como remate un campanario. Esta torre, con las seguras adaptaciones y restauraciones que tuvo, se mantuvo en su lugar y función hasta el siglo XVII. Pero desde el famoso Milagro de Calanda del año 1640, la devoción haciala Virgen del Pilar creció de manera exponencial, lo que llevó a acrecentar todavía más la ya por entonces tradicional competición entre la catedral de la ciudad y el cercano templo del Pilar. Es de hecho en la segunda mitad de ese siglo cuando comenzaron las obras del templo mariano que vemos hoy en día, y por supuesto la Seo no quería quedarse atrás.

Por ello (entre otras razones), se decidió sustituirla vieja torre por una nueva, más monumental y acorde con los gustos de la época. Así fue como primero se acudió en 1683 al arquitecto romano Giovanni Battista Contini, discípulo del maestro barroco Gian Lorenzo Bernini, para que realizara el diseño de una nueva torre que luego construirían bajo su dirección los maestros de obras zaragozanos Pedro Cuyeo, Gaspar Serrano y Jaime Busiñaca partir del año 1686. La torre fue rematada en 1704 con la colocación en lo más alto de un chapitelbulboso que culminaba la estructura por encima del campanario.

Y nos quedamos con el campanario, porque hoy en día, la mayoría de las iglesias tienen ya un sistema mecánico que se puede activar cómodamente para hacer sonar las campanas y hacer los llamamientos a misa o, como todavía se hace en muchos pueblos, anunciar el fallecimiento de un vecino. Sin embargo, esto antes no era tan fácil y había una o incluso varias personas que hacían sonar manualmente las campanas, para lo cual, y en especial en torres de tanta altura como la de la Seo, tenían que subir hasta lo alto de la estructura para hacerlas funcionar.

Esto hacía que en muchasde esas torres el campanero directamente pasara buena parte del día allí, y que incluso tuviera un pequeño espacio que le servía de vivienda. Toda esta historia nos lleva al domingo 7 de abril del año 1850. Tal y como relata la “Guía de Zaragoza” publicada una década más tarde, la mañana de ese día, entre las siete y las ocho, comenzó a desatarse una repentina tempestad que acabó lanzando un rayo sobre el chapitel de la Seo colocado casi siglo y medio antes. El rayo provocó un incendio que destruyó el chapitel y acabó saliendo por la zona del campanario, provocando también daños en la esfera del reloj y, sobre todo, la muerte del pobre campanero que allí vivía.

El suceso causó estupor en los vecinos de la ciudad, tanto por la muerte del campanero como por ver a la torre sin su característico chapitel. Muy pronto empezaron a realizarse donativos por su alma y también para que se lograra el dinero suficiente con el que fabricar un nuevo chapitel y colocarlo de nuevo sobre la torre. Sin embargo, fueron pasando los años y no fue hasta comienzos del año 1861 cuando empezaron a montarse los andamios para colocar la nueva estructura fundida en los talleres “Julio Goybet y Cía” de Zaragoza. Una historia que nos deja en las primeras fotografías tomadas en la capital aragonesa a mediados del siglo XIX la curiosa estampa de la torre de la Seo sin su característico remate.

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