Txetxu Rojo utilizó el pasado domingo en campo del Betis (0-1) un equipo muy similar al que en la temporada 1999-2000, también bajo su dirección, estuvo luchando hasta la última jornada por el título de Liga. Con este bloque, el Real Zaragoza consiguió frenar la racha negativa que llevaba desde que el pasado 10 de octubre fue eliminado por el Logroñés, de Segunda B, de la Copa del Rey. Frente a los béticos, por lesiones o por algún descanso decretado por el entrenador, no participó nada más que uno de los refuerzos (Bilic) fichados para la actual campaña. De los jugadores que consiguieron la victoria en el estadio Ruiz de Lopera, después de seis partidos oficiales sin ganar y tres derrotas consecutivas en la Liga, sólo Miguel Rebosio y Mate Bilic no pertenecían a aquel conjunto que rozó la clasificación del Zaragoza para la Liga de Campeones, un hecho que hubiera resultado histórico. Rebosio cubrió la baja del lesionado Paco, y Bilic la ausencia del goleador Savo Milosevic, traspasado luego al Parma por 4.000 millones de pesetas. El resto eran los mismos futbolistas que realizaron aquella sensacional temporada. Rojo dio incluso entrada a lo largo de la segunda parte a Yordi, Martín Vellisca y Cuartero, que también estaban en la época anterior. El preparador vasco, quizás por necesidades del guión, puso en escena ante el Betis a varios de los jugadores más veteranos y con mayor experiencia de la plantilla. Ese fue un factor importante para que el cuadro aragonés se impusiera en terreno bético. A Juanmi, Aguado y Garitano, con un buen número de años en el club, les acompañó Sundgren, quien cubrió la vacante de Esquerdinha. El lateral brasileño era el único de los fichajes que había actuado hasta el momento con continuidad, pero Txetxu Rojo decidió darle descanso para el importante partido de Sevilla. También jugaron Pablo, Acuña, Marcos Vales, que fue la revelación en la anterior etapa de Rojo, Jose Ignacio, que entonces no entraba tan habitualmente en sus planes, y Juanele. Cuando Txetxu Rojo llegó a un acuerdo para regresar al Real Zaragoza el club se comprometió a reforzar la plantilla en algunos puestos, pero en muchos casos lo hizo apostando por gente joven que después pudiera tener salida en el mercado para recuperar la inversión realizada. El italoargentino Galletti y el croata Bilic, que fue incorporado tras la lesión de larga duración de Goran Drulic, se unieron a Corona, Ferrón, Rebosio y César Láinez, pero luego sólo este último ha tenido continuidad. Galletti y Bilic también han jugado más que los otros, aunque tampoco han rendido a un buen nivel. Rojo ha alabado las cualidades de varios de estos futbolistas en formación, pero luego tampoco los ha alineado asiduamente. Drulic, la gran apuesta para esta temporada, no podrá debutar hasta enero. El técnico vasco prefiere tener a sus órdenes jugadores más veteranos y con mayor experiencia, aunque puedan tener incluso el cartel de cedidos, como ocurrió la pasada campaña con Gurenko o Esnáider, pero el problema es que los jugadores que llegaron con esa vitola tampoco han rendido como él se esperaba. Esquerdinha, el único titular, todavía sigue sin convencer, lo mismo que Chaínho, mientras que Komljenovic, ahora lesionado, casi no ha jugado. Quizás todo ello hizo que Txetxu Rojo apostará por echar mano ante el Betis, en un partido en el que estaba en juego parte del poco crédito que le queda, de los futbolistas que ofrecieron un gran rendimiento en la temporada 1999-2000 con él.