El Universidad logró una abrumadora goleada en su enfrentamiento con el Alagón, que no pudo frenar el ansia goleadora de los locales. La defensa del Alagón, sobre todo en la segunda mitad, no estuvo a la altura, y dejó vendido a un guardameta que tampoco estuvo muy fino en sus labores.

Los visitantes aguantaron medianamente bien los primeros cuarenta y cinco minutos, en los que llegaron a contar con dos buenas ocasiones para marcar. En la primera de ellas, cuando todavía estaba el partido en empate, Zaparaín tuvo que hacer gala de todos sus reflejos para salvar a su equipo, algo que también hizo para evitar después el que podía haber sido el empate a uno. Al filo del descanso llegó el segundo tanto de los locales, logrado por Aranguren, y este gol pareció pesar como una losa en los jugadores del Alagón.

En la segunda parte, el conjunto visitante pareció una sombra de equipo, y el Universidad no tuvo ningún problema para que los goles fueran llegando uno tras otro. Entre los cinco que lograron los locales en la segunda parte destacaron los anotados por Aranguren y Escalada, ambos de certeros cabezazos.

Al final, sin que los locales hicieran un partido espectacular, aunque si rayando todos a buen nivel, el resultado fue de escándalo. Por su parte, el Alagón vio cómo la numerosa afición que se había desplazado hasta Zaragoza para verles jugar --lo que hizo que se registrara una buena entrada--, acabara pidiendo la dimisión de su entrenador.