Si el hombre es un lobo para el hombre, el Real Zaragoza jugará hoy contra una manada en un encuentro disfrazado de hermandades y frente a un rival con piel de cordero y mandíbula de depredador por la necesidad de sobrevivir. El escenario se tiñe aún más de una falso color rosa teniendo en cuenta que estrena liderato en La Romareda, por lo que, sin duda, será recibido como un héroe pese a que esto no ha hecho más que empezar. La visita del Numancia tiene trampa, y el conjunto aragonés puede caer en ella si se entretiene en los asuntos colaterales a la batalla.

Las peñas y los aficionados se abrazarán durante la jornada, un gesto que ennoblece este deporte en tiempos de guerra en la grada, pero en el campo habrá pocos besos de tornillo entre los jugadores. El conjunto soriano, con nuevo entrenador tras la destitución de Manolo Sarabia --la Segunda conserva su apetito habitual con los técnicos (seis devorados en 13 jornadas)-- acude en posición de descenso. Sólo ha empatado un par de partidos a domicilio, pero sus cuatro derrotas han sido todas por la mínima. Su comportamiento lejos de Los Pajaritos le presenta como un enemigo complicado pese a todo, y cualquier distracción del Zaragoza supondría un error.

AMBICION Y HUMILDAD Porque el equipo de Paco Flores, que vive días de gloria tras el 0-4 del Nuevo Vivero, no suele demostrar una actitud arrolladora en casa. Salvo en la victoria sobre el Oviedo, el resto de sus buenas tardes han finalizado con un solo tanto a su favor. No consigue imponer el ritmo, sufre y aparece muy poco en el área contraria. Es el líder, condición que hoy sólo podría arrebatarle el Levante en caso de catástrofe improbable, pero a los equipos que ostentan esa título provisional no sólo les distinguen los buenos resultados, sino, sobre todo, la perfecta simbiosis entre ambición y humildad. Nueve jornadas consecutivas sin perder y cinco partidos sin encajar un gol. Puede sacar pecho, aunque nunca un segundo después de que comience el duelo.

Los mensajes que se envían desde el interior del Real Zaragoza no son en este caso tópicos recursos para salir del paso frente a la grabadora. Hay un peligro latente y los jugadores y el entrenador advierten de él sin ponerse a temblar. Flores, siempre prudente, alineará a los mismos de la fiesta de Badajoz para sumar tres puntos que distancien a su equipo del resto de los aspirantes. Sería interesante mejorar la faceta ofensiva, tan escuálida en La Romareda, porque el Numancia no regala nada. Lo dicho, no hay pactos ni bailes entre los lobos habiten en la cumbre de la montaña o en la ladera.