El Teruel sufrió su primera derrota en esta temporada ante el Sabiñánigo, en un partido deslucido en el que ninguno de los dos equipos hizo méritos para hacerse con la victoria. Finalmente, fue el conjunto visitante quien se hizo con los tres puntos merced a su único gol, que fue conseguido al transformar Arjona un penalti inocente e innecesario, en el minuto 35. Las ocasiones fueron prácticamente nulas para los equipos a lo largo de los noventa minutos. La afición que se dio cita en el campo de Pinilla se aburrió durante el transcurso del encuentro, y acabó perdiendo la paciencia ante dos conjuntos inoperantes.

MUCHAS TARJETAS A la sarta de despropósitos que rubricaron el Teruel y el Sabiñánigo se sumó en los veinte minutos finales la actuación del árbitro, que perdió los papeles y se dedicó a sacar tarjetas de forma desmedida e injustificada. Al final del encuentro, los aficionados abandonaron las gradas con mal sabor de boca, no solamente por la derrota del conjunto turolense, sino porque el espectáculo que dieron ambos equipos fue muy pobre y gris.

El Sabiñánigo fue el equipo que mantuvo más el balón bajo su dominio en la primera parte, pero aun así tampoco fue capaz de crear peligro. Los serrableses intentaron hacer ocasiones para marcar aprovechando su juego aéreo, mientras que el Teruel apenas fue capaz de triangular en tres o cuatro ocasiones. En el minuto 35 llegó la jugada del gol, cuando Diego Aguas ejecutó una entrada por detrás a Arjona, merecedora de penalti. El propio Arjona se encargaría de transformar la pena máxima, poniendo el 0-1 que a la postre resultaría definitivo.

La segunda parte continuó con la misma tónica: los equipos siguieron adoleciendo de falta de inspiración, y no hubo ninguna ocasión digna de mención. La calidad del encuentro se vio perjudicada en su tramo final por la actuación arbitral, que contribuyó a deslucir aún más el juego.