El Balsas Picarral cayó derrotado ante el equipo que ocupaba la posición de colista, el Oberena, y desperdició una magnífica ocasión para dejar sentenciado a uno de sus rivales en la lucha por la permanencia tras un flojísimo encuentro. Los zaragozanos tuvieron un penoso comportamiento y mostraron una alarmante apatía que facilitó a su rival la consecución de la victoria. Y lo prueba el hecho de que el técnico del conjunto aragonés, Toño Blasco, al comenzar la segunda mitad y todavía con 1-0 en el marcador, ya había utilizado tres cambios aunque, en algunos casos, no sirvieron de nada.