El CAI Zaragoza rompió ayer su mala racha de cuatro derrotas consecutivas en la LEB y selló una victoria, la segunda del año 2003 y de la segunda vuelta del campeonato, en el debut de Alfred Julbe en el banquillo. Pero ante todo, ayer, el CAI rectificó la sensación de equipo grisáceo que le perseguía y mostró síntomas de esperanza a los que deberá agarrarse para resguardarse del descenso. Un triunfo que le avala para seguir fuera de la zona de playoff por el descenso y posee un valor doble al arrebatarle al Drac el basquetaverage en un posible empate final.

El conjunto aragonés empieza a sobreponerse a sus males y alcanzó el triunfo que parecía inalcanzable. La ruptura de esta maldición vino de la mano de las primeras correcciones de Julbe, que fueron presentadas en la segunda mitad. En este periodo, el CAI zanjó sus dudas y ofreció una cara de equipo triunfador. Ante todo por su mejoría en defensa, el acierto desde el perímetro y la solidez interior con Murcia y un fenomenal Otis Hill.

EMPUJE La primera parte del encuentro tuvo dos partes bien diferenciadas. El CAI salió con mucho empuje, agarrado como tantas otras veces al extraordinario acierto en el tiro de Otis Hill. El equipo de Julbe se distanció pronto en el marcador (8-17). La reacción local llegó de inmediato, en 58 segundos. El Inca hizo un parcial de 7-0, se puso 15-17 y Julbe tuvo que parar el encuentro. Lo que quedó de los dos primeros cuartos se caracterizó por la igualdad. Al descanso se llegó con 33-32 para el Inca, con 14 puntos de Otis Hill, nueve de Murcia y cinco de George Gilmore.

Fue al salir del vestuario cuando se empezó a notar la mano de Julbe. Como había repetido a lo largo de la semana, el catalán parece apostar por un juego práctico más que vistoso. Y así lo expresó el equipo en la reanudación. La defensa del CAI imponía muchas dificultades a un Inca que no encontraba el juego que le había llevado a ganar ocho de los últimos nueve encuentros.

Por contra, los aragoneses buscaban la facilidad en ataque con continuos balones interiores sobre Otis Hill y Murcia. A ello se sumó la clarividencia de un gran Uriz. Gracias a esta combinación, el CAI logró acreditar una diferencia de ocho puntos en el tercer cuarto.

Sin embargo, el Inca aún mantenía signos de vida y de posibilidades de remontar. Los locales se acercaron de nuevo en el marcador y parecía que, otra vez, al CAI le temblaban las piernas al final. Pero no fue así. Porque Uriz tomó de nuevo el protagonismo y con dos triples seguidos volvió a estirar la renta en favor de los aragoneses. Una distancia que ya fue excesiva para el Drac.

SALIDA Por otra parte, y ante la falta de confianza que Julbe ha depositado sobre Mario Garcia y Gastao --ayer no jugaron ni un minuto ninguno de los dos--, el club intentará buscar el tercer pívot que Julbe solicitó. Edward Santana, del Breogán de Lugo de la ACB, continúa siendo el mejor colocado.