En mi primera etapa en línea en un Tour ya pude comprobar que aquí no viene nadie a pasar el rato. Todos los corredores quieren ir delante y eso provoca tensión y nervios en determinados tramos del recorrido. Nadie toca el freno con tal de salvaguardar sus intereses: liderato, bonificaciones, victoria de etapa o cualquier maillot. La cuestión es estar siempre entre los primeros, aunque puedas verte involucrado en una peligrosa montonera como la que se produjo ayer. Era algo que se veía venir, aunque, por suerte, esta vez yo pude librarme de la quema. El esprint fue largo y muy rápido. Algunos cogieron una velocidad de vértigo, mientras que por detrás otros empezaban a verse implicados en una masiva caída. En ella se produjeron las primeras retiradas. Yo conseguí meterme en el primer grupo, pero sin opciones a nada. Aunque al menos me sirvió para comprobar cómo se las gasta esta gente.