Lourdes, así se llama la chica, se ha ganado una beca para estudiar en el Instituto Aeroespacial de Toulouse. Lourdes es la novia de Flecha. Así que el corredor lleva varios meses dejando olvidado a su buen amigo Hermida, los Pirineos, y esa ruta que tanto repite, entre la Cerdanya y Andorra, pasando por el Puymorens. Todo ha sido cuestión de no dejarse nunca la bicicleta en casa. Mientras ella mejora en sus estudios aeroespaciales, él rueda por la carretera de Toulouse.

Así que no fue difícil conocer la ruta exacta por la que iba a transitar el Tour cuando llegase a Toulouse. A Flecha le daba absolutamente igual entrenar por una zona u otra. Pues qué mejor lugar había que empezar a hacer el recorrido final de la 11 etapa de la edición del centenario. Y así empezó a mentalizar el trazado. "Me iba de Toulouse a Carcasona y luego regresaba a casa, con la novia. Así una y otra vez. Hasta mentalizar bien todo el recorrido de la etapa". Este fue el secreto del éxito de ayer de Flecha. Sabía que no se le podía escapar la victoria en la ciudad de su estimada Lourdes.

Los inicios en el Relax

Por esta razón era ayer el único de los ocho fugados, entre ellos los también españoles Isidro Nozal (ONCE-Eroski) e Iñigo Cuesta (Cofidis), que conocía al por menor todos los detalles de los últimos kilómetros de la etapa. Por eso sabía que sólo había un repecho, a 14 kilómetros de meta. Allí debía intentarlo. Allí se escapó. Si no aflojaba, ninguno de sus compañeros de aventura podría capturarle. Y ya se sabe, en una escapada consentida sólo cuenta la victoria. Del segundo nadie se acuerda.

Era su oportunidad para saltar a la fama y para volver a disparar al aire esa flecha simbólica, que estrenó la primera vez que consiguió una victoria, en la Vuelta a Aragón del 2001. Corría, por aquel entonces, con el conjunto Relax. José Miguel Echávarri, quien ayer no paró de recibir llamada tras llamada, durante los 14 kilómetros de escapada en solitario de su pupilo, se fijó en Flecha. Y le fichó .

Lo de disparar la simbólica flecha antes de cruzar una línea de meta también es un juego. Otro secreto, aunque ahora la protagonista no es Lourdes, sino José Antonio Hermida. El ciclista de mountain bike desenfunda una pistola y sus dedos disparan falsos tiros hacia meta, cada vez que triunfa con su bicicleta de montaña. El es el vaquero y Flecha el indio . Es un juego entre dos amigos.