A un senderista el recorrido con salida de Torla, ascenso al Monte Perdido y vuelta a la localidad altoaragonesa, le cuesta 16 horas. Es una de las excursiones de mayor aceptación. El lunes pasado Joan María Vendrell celebró de buena manera su 27 cumpleaños e hizo el mismo recorrido en seis horas, cinco minutos y nueve segundos.

El catalán batió el récord del recorrido. "En verano trabajo en una empresa privada y en invierno soy guarda del refugio de Góriz", dice Vendrell. "En el refugio hay colgado un recorte de prensa en el que aparece un chico de Biescas que hizo la subida del Monte Perdido desde Torla en 6 horas y 52 minutos hace dos años. Desde entonces me rondaba por la cabeza rebajar el tiempo", comenta Vendrell.

Sin experiencia

El barcelonés nunca ha competido en un cross, ni ha disputado una carrera de montaña. "No realicé ningún entrenamiento específico. Pero estoy fuerte y en invierno practico esquí de montaña".

A las 6.30 horas del pasado lunes empezaba a correr el crono en el cuartel de la Guardia Civil de Torla. Vendrell fue como si corriera un cross. Sin mochila, sin gafas, ni gorra. En pantalón corto y con camiseta de tirantes y sin líquido. El catalán iba casi siempre corriendo. "Fui por el sendero de Turieto y llegué a la pradera en 40 minutos. Allí me dio un bote de Isostar José Luis Gómez", explica Vendrell.

Tras hora y media de recorrido llegaba al circo de Soaso. "En las clavijas tuve que andar. Góriz lo alcancé en dos horas, diez minutos. Allí me dio el segundo avituallamiento Joaquín Sanfélix, un guarda de Góriz", recuerda.

Después llegó lo más duro, la subida a la cima. Un desnivel de 1.100 metros hasta los 3.355 por pradera, bloques y pedriza por la Escupidera . "No me quedó otro remedio que ponerme a andar. La gente que subía se apartaba y me animaba". En tres horas, 32 minutos alcanzaba la cumbre. "Estuve dos minutos. Allí bebí, comí un melocotón y dos barras energéticas".

La bajada

Ahora llegaba lo peor, la bajada, un ejercicio que machaca los cuádriceps, las rodillas y los tobillos. "Iba encendido, quería bajar de las seis horas. Pero se me montó el cuádriceps de una de las piernas". Cuando andaba por Soaso superó los problemas.

Vendrell corría bajo un sol de canícula por las Gradas de Soaso, la cascada del Estrecho, la pradera, las cascadas Tomborrotera y de los Abetos... "Desde la pradera a Torla fue donde peor lo pasé. Por el calor estaba muy cansado". No bajó de las seis horas, pero se dio un homenaje batiendo el récord en el día de su onomástica.