La Real no pudo pasar del empate a cero en la noche más histórica que vivía Anoeta en las dos últimas décadas porque la Juve se aferró a este resultado desde el principio, ya que le permitía clasificarse matemáticamente para los octavos de final, pese al dominio incesante de los de Denoueix. La Real mandó en la primera mitad, mientras la Juventus, muy ordenada, planteó un partido defensivo, con una línea de contención de cuatro zagueros, y con la intención de esperar a la contra, robar y salir en velocidad, o esperar una buena oportunidad, consciente de que un empate le bastaba.

Pese a las oportunidades de las que dispuso el conjunto donostiarra, con Kovacevic, Nihat, Xabi Alonso y Aranzabal, le faltó acierto y, sobre todo precisión en los últimos metros, ya que los remates, o bien se marcharon fuera o los detuvo Buffon. No obstante, la primera mitad fue de los de Denoueix, que hicieron un buen trabajo por las bandas.

La única ocasión clara de gol de los italianos no llegó hasta el minuto 41 de la mano de Miccoli, que no aprovechó la oportunidad que se le presentó porque detuvo bien Westerveld. Kovacevic dispuso en el minuto 60 de la gran ocasión de inaugurar el marcador tras un pase perfecto de Xabi Alonso. Pero el serbio, solo ante Buffon, controló mal el balón. El empate mantiene viva a la Real en la Liga de Campeones.