La primera victoria lejos de Zaragoza llegó para el CAI en un partido marcado por la caída de Pierre Louis al intentar tapar a Otis Hill, un golpe que le dejó inconsciente y puso los pelos de punta a todos los presentes, que llegaron a temer lo peor. Superado ese susto, los zaragozanos atravesaron varias fases para terminar imponiéndose a un rival claramente inferior, casi negado en ataque, en el que ni la llegada de Quino Salvo sirvió para mejorar su situación.

Habitualmente, la defensa del CAI deja muchos espacios que son aprovechados por los mejores tiradores rivales. Ayer no fue el caso. Y no porque el CAI defendiera mejor --sólo lo hizo en los primeros minutos--, ni porque se notara la presencia de Oscar González, que jugó muy poco tiempo aunque apuntando muy buenas maneras, sino porque Los Barrios fue incapaz de acertar en el tiro exterior.

Los primeros cinco minutos fueron extraídos directamente del manual utópico de Julbe, buena defensa y contragolpes rápidos que hacían crecer la ventaja del lado rojillo con cierta facilidad. Pero el CAI pronto volvió a ofrecer las mismas facilidades defensivas de siempre, las que le han hecho perder seis partidos y deambular por la LEB sin rumbo fijo. La diferencia con otros choques es que tenía enfrente al peor ataque de la Liga, que se empeñó en demostrar esa condición durante todo el encuentro.

En el primer cuarto, la ventaja del CAI llegó a ser de nueve puntos, pero terminó siendo de cuatro porque el equipo de Julbe se relajó y permitió demasiadas alegrías en el ataque rival. En el segundo cuarto, el CAI marcó un parcial de 0-9 en los primeros cinco minutos, y la diferencia llegó a ser de 27-41 a falta de 4.17 para el descanso. Pero Los Barrios reaccionó y le endosó a su rival un parcial todavía más doloroso: 12-0 que dejó el marcador muy igualado y a los andaluces con las mismas posibilidades de ganar que al comienzo del encuentro.

EL CUARTO DE LOS ERRORES Sólo puede calificarse como un milagro que el CAI terminara con empate al término de un tercer cuarto horroroso en el que se sucedieron los errores por parte de ambos equipos. Sólo en los últimos instantes llegaron los puntos, tras unos parciales irrisorios, más propios del patio de colegio que de jugadores profesionales.

Con empate a 58 comenzaron los diez minutos decisivos, en los que Lester y Mesa dieron la ventaja al CAI. Entonces, Los Barrios se volvió loco y comenzó a tirar de tres cada posesión de la que disponían, unos lanzamientos innecesarios porque la desventaja era sólo de un punto.

Hasta que apareció Lescano. El argentino logró dos triples consecutivos que hacían despegar al CAI en el marcador y su garra volvió a ser decisiva en la victoria, aunque terminó el partido en el banquillo por cinco personales. Al final, una buena jugada de Ciorciari y un mate de Hill dejaron el partido sentenciado a favor de los zaragozanos. Y a Julbe en el banquillo una semana más.