A pesar del padecimiento, del sudor de cinco partidos y del vértigo que ha llegado a producir en el CAI la incertidumbre de la eliminatoria contra el Plasencia, el equipo ha salido reforzado con una coraza moral tras el combate. Todo el sufrimiento de este primer playoff , que hubiera abierto una herida profunda en el caso de haber derivado en una derrota, puede tener ahora un efecto muy beneficioso y reconvertirse en toneladas de fuerza para la semifinal ante el Granada. "Este Plasencia nos ha preparado para ser campeones, para ascender".

El sintético análisis de Diego Ciorciari horas después de ganar la primera gran batalla descubre el estado anímico que vive la plantilla. Está convencida, contenidamente eufórica y cree, como nunca, en su enorme capacidad. "El viernes dimos un salto de calidad, de madurez. El equipo ha tenido que perfeccionar muchas facetas para superar al Plasencia, que es un equipo muy difícil de defender, raro, que hace unos aclarados impecables, que tiene jugadores que no se molestan si no tiran en todo el partido... Y siempre que el CAI ha necesitado acelerar, lo ha hecho. Siempre", apunta el base argentino, que personificó en el último encuentro de la eliminatoria de cuartos el espíritu que la afición quiere y el equipo requiere. "El camino que hemos de seguir es el de Plasencia. Eso lo sabemos", señala Esmorís, responsable directo de que Nico Gianella no apareciera el pasado viernes.

ESCENARIO PERFECTO El escenario previo a la semifinal ante el Granada es inmejorable, pero la alegría no impide a los jugadores seguir siendo cautos. De los cuatro semifinalistas, sólo suben dos. No hay nada hecho. "El Granada ganó bien su primer playoff y terminó fuerte la Liga regular. No he jugado este año contra ellos, pero cuanto más cerca esté el objetivo, más duros serán los partidos", explica Esmorís, al que Oscar González, soberbio el viernes, añade un matiz. "La eliminatoria contra el Granada será tan dura o más que la del Plasencia. Si no son cinco partidos, serán cuatro".

El Plasencia y el Granada, el Granada y el Plasencia, se parecen en poco. La prueba contra un equipo visceral, todo corazón y con un público capaz de elevar el nivel de ruido hasta el dolor ya ha sido superada. Ahora queda la de un rival más completo, con mayor recorrido de plantilla, pero más frío. "El Granada juega más en equipo. Tiene dos bases muy buenos (Ordín y Pecile) y, aunque no tanto como Otis, tiene un americano (McGhee) que es dominante y que hace daño bajo el aro", analiza Ciorciari, que confiesa "no haber pegado ojo en toda esta pasada semana" por la enorme responsabilidad del momento.

Su extraordinario partido, por la determinante influencia que el argentino tuvo en su desarrollo, y el de Oscar González, que reclamó su espacio de gloria, lanzaron el primer aviso a los bases del Granada. "Si los dos bases del CAI jugamos a este nivel, será muy difícil que el equipo pierda", se atreve a decir Ciorciari, cuya respuesta en la cancha ha ido aparejada al rendimiento de su equipo en el playoff . Si él sobresale, el CAI gana. Si no, sufre. "El objetivo es el mismo que teníamos en agosto: ascender. Por eso, hemos de estar preparados para ambientes como el de Plasencia y peores", concluye Oscar González.