El Barcelona, prácticamente, se despidió de las posibilidades que tenía de alcanzar el título de Liga y el Celta dio un paso decisivo hacia la salvación después de un partido en el que el 1-0 final hizo justicia a la mayor ambición gallega, sobre todo en la primera mitad. El equipo azulgrana, que además rompió una racha de 17 encuentros sin perder, pretendió aprovechar las presumibles urgencias del Celta especulando con el juego y resultado, pero el tiro le salió por la culata ante un rival pletórico que luchó por su suerte y fue mejor en el balance final.

Los habituales minutos de tanteo de la primera parte se prolongaron todo el periodo ya que, mientras no encajó el gol, el Barcelona se preocupó muy poco de fabricar acciones ofensivas. Pese al citado control, el Celta se perdía en llegadas sin la oportuna concreción.

Aún así, gozaron los vigueses de una buena oportunidad en un balón que le cayó a Cáceres en un saque de esquina pero su lanzamiento de volea salió rozando el larguero. El Celta merecía más ante un Barcelona impávido al que parecía irle poco en el envite. Velasco se largó una gran acción personal a cinco minutos del descanso pero no tuvo apoyo de un compañero en el momento decisivo.

GOL SALVADOR En el banquillo local se lamentaban por dejar escapar vivo al Barcelona en la primera parte cuando Edú cazó un balón frenado por Mostovoi dentro del área y lo colocó junto a la base del poste evitando la estirada de Víctor Valdés.

Ya en la segunda parte las cosas parecieron torcerse definitivamente para los azulgrana con el penalti de Oleguer sobre Edu, dudoso por la posición del brasileño al ser zancadilleado, pero la pierna del francés Luccin tembló ante la responsabilidad y entre Víctor Valdés y el poste pusieron el resto.

La sombra de la fatalidad pendía de nuevo sobre Balaídos y el Celta acabó por meterse en la trinchera. Cavallero tuvo que emplearse a fondo en una volea alta de Van Bronckhorst y Juanfran salvó con la cabeza en la línea de gol un disparo de Saviola para que el equipo vigués pudiera dar un suspiro de alivio.