El Zaragoza B mostró una buena imagen en la Ciudad Deportiva del Espanyol, donde se enfrentaba en la tarde de ayer a un filial españolista que a priori se mostraba como un equipo dispuesto a ponerle las cosas difíciles a los de Jesús Solana. Sin embargo, el conjunto aragonés demostró tener las ideas bien claras y, bien posicionado sobre el terreno de juego, tuvo bien controlado a su rival, que no llegó a inquietar a su rival.

El resultado se puso a favor del Zaragoza B en el minuto 19, cuando Piti, que fue uno de los jugadores más inspirados de la escuadra zaragocista, culminó bien una jugada y batió a Miguel. A partir de ese momento, y viendo que el resultado se le ponía a favor sin realizar mucho esfuerzo, el filial replegó sus líneas y pasó a elaborar un fútbol mucho más conservador, esperando a que fuera el Espanyol B el que tuviera que trabajar en todas las líneas. De esta forma, los locales tuvieron unas cuantas ocasiones para enmendar el tanteador, de las cuales la más clara fue para Yagüe, que sin embargo no llegaría a culminar. No sería hasta el minuto 35 cuando los catalanes igualaron el partido, por mediación de su juvenil Sánchez, en un lance que remató de cabeza. Con el empate a uno se llegaría al final de la primera parte.

Sin embargo, la posible reacción del Espanyol B no llegó en la reanudación. El Zaragoza B, que no perdió la compostura, continuó haciendo su juego, esperando el momento más adecuado para atacar de manera decisiva y contundente. En cinco minutos realmente brillantes por parte del cuadro blanquillo, el Zaragoza B sentenció el encuentro con dos goles: el primero de ellos sería anotado por Chus, en el minuto 52, mientras que poco después, en el 57, sería Carlos Rubén el encargado de rubricar la victoria del filial zaragocista. Durante el resto del tiempo, los aragoneses supieron contemporizar bien, y al final se llevaron merecidamente los tres puntos de su visita a Barcelona.