El Atlético y el Barcelona se repartieron puntos e ilusiones en un partido que dejó a ambos satisfechos; al conjunto de César Ferrando, porque sigue invicto tras superar el primer gran escollo de la temporada, y al de Frank Rijkaard, porque confirmó en Madrid que puede aspirar a grandes empresas. No defraudaron los dos rivales, probablemente los dos de los equipos que han arrancado con más fuerza y que plantearon un encuentro de ritmo vivo, en busca de un triunfo que les mantuviese en el liderato.

Fue superior en el primer tiempo este Barcelona, con pinta de Dream Team , que ocupa con facilidad todo el campo y no necesita correr para mandar, para jugar con rapidez y descomponer al rival con su calidad. Como ni Ronaldinho aún está en plenitud de facultades y el acomodo de Eto´o aún chirría, el Barcelona muestra mucho, pero apunta más, casi al cielo.

Por eso, fue meritorio el trabajo del Atlético, un conjunto que necesita bregar mucho más para plantar cara y que no se refugió para mantener su meta invicta y llegó a creer en el triunfo tras el descanso. El equipo de Ferrando tiene un problema, porque no encuentra salida por las bandas, donde ni Jorge se encuentra cómodo en la derecha, ni Musampa es fiable por la izquierda. Con Colsa ahogado en el centro, y sustituido por Salva antes del descanso, el Atlético entregó el primer tiempo, porque perdió pronto la pelota y no tuvo más opción que buscar alguna acción de rapidez de Fernando Torres o de ingenio de Ibagaza.

EL CAÑpN DE ´GIO´ Entre ambos fabricaron las dos mejores en el primer tiempo. Una volea del Niño tras un robo de balón de Ibagaza, y un golpe franco que el Caño envió al poste. En medio del dominio barcelonista, fueron casi dos anécdotas ante un equipo que llegó con más claridad por medio de Ronaldinho y, sobre todo, de Van Bronckhorst. Gio , que ya marcó un gol en el minuto 13, anulado por acomodarse el balón con el hombro, puso en ventaja a su equipo, con otro gran disparo y dejó otro par de lanzamientos peligrosos antes del descanso, favorecido por la incapacidad de Jorge para tapar su banda.

Sin embargo, todo cambió tras el descanso. El Atlético tuvo dos delanteros natos (Salva y Torres) y más facilidad para mover la pelota, con Marcelo en el centro e Ibagaza desplazado a la izquierda. Ganó presencia en el campo contrario, jugó con más agresividad y descubrió la dificultad del Barcelona para defender los balones divididos junto al área. En uno de estos, Salva pudo prolongar un saque de Leo Franco y Torres aprovechó la indecisión de la zaga azulgrana para empatar.

La respuesta barcelonista fue meritoria, porque lejos de descomponerse, recuperó el mando y pudo marcar en dos ocasiones de Ronaldinho y Xavi, que desbarataron Leo Franco y Sergi, bajo palos, respectivamente. No acertó el Barcelona y resguardó su meta el Atlético, que aún tuvo fuerzas para asustar con algún contragolpe, por lo que ambos pudieron darse por satisfechos con el empate.