España estará en la final de la Copa Davis por segundo año consecutivo y tercera vez en cinco años. Rafael Nadal certificó el éxito al vencer a Arnaud Clement (6-4, 6-1 y 6-2) y conseguir el punto definitivo ayer ante Francia. Y, como sucedió en el 2000 cuando se ganó la ensaladera de plata por primera vez ante Australia, la final se disputará en casa y sobre tierra. Una ventaja suficiente para confiar en las opciones de reconquistar el título, aunque el rival será por primera vez Estados Unidos.

"Repetimos final y esta vez la Copa Davis no se nos escapará", se atrevió a asegurar ayer Jordi Arrese desde el centro de la plaza de toros de Alicante mientras más de 10.500 aficionados celebraban el éxito.

El capitán español se sintió fuerte y eufórico para decirlo a los cuatro vientos públicamente. Nadal acababa de ganar el punto decisivo de una eliminatoria que resultó más complicada de lo que al final señalaba el marcador: 4-1, con la victoria intrascendente en el último partido de Tommy Robredo ante Paul-Henri Mathieu (6-4, 6-4).

España superó a Francia sin tener a sus mejores jugadores en condiciones de afrontar la última y decisiva jornada por culpa de problemas físicos. Carlos Moyá renunció a jugar ayer por unas molestias en el hombro que arrastraba y Juan Carlos Ferrero por una ampolla que se le abrió en la mano derecha tras el partido con Fabrice Santoro. Ante este contratiempo los técnicos españoles se vieron en la necesidad de confiar en Nadal o Robredo la consecución del punto definitivo. Y no les fallaron. Igual que ya habían hecho en la primera ronda al conquistar el triunfo ante la República Checa en pista indoor , también sin Moyá y Ferrero ausentes del equipo, la victoria no se escapó.

SIN MIEDO A la primera, Nadal certificó su categoría. Si el pasado mes de febrero en Brno tomó la alternativa ganando el quinto punto decisivo ante Radek Stepanek, ayer el mallorquín consolidó su aportación al equipo de Copa Davis al ganar a Clement y sumar su segundo punto de la eliminatoria tras haber conseguido el del doble junto a Robredo. Mejor efectividad imposible.

Al mallorquín no le afectó la responsabilidad que le tocó asumir. A sus 18 años, Nadal ganó a lo grande y con la seguridad de un veterano bregado en mil partidos. No dio opción a un rival experimentado en la Copa Davis con ocho eliminatorias a sus espaldas y que el capitán Guy Forget presentó en sustitución del lesionado Santoro. "Sólo he pasado nervios al principio, cuando he perdido mi saque, pero después de ganar el primer set y salvar el inicio del segundo, ya no he temido a nada", dijo feliz tras su victoria.

Así fue. Nadal perdió los dos primeros juegos, pero en cuanto igualó el marcador (3-3) se convirtió en un rodillo implacable. Desde ese primer break , el español sólo permitió ganar cuatro juegos a un rival que se vio impotente para superarle y que tras 2 horas y 12 minutos de juego sólo tuvo palabras de elogio hacia Nadal. "Ha jugado increíble y me ha acabado aplastando. Para jugar así en la Copa Davis hay que ser un gran jugador. Si mejora el saque y la volea estará entre los mejores del mundo", indicó el francés.

UNA RACHA DE 9-0 Clement intentó forzar a Nadal con un juego plano, forzando su revés, bajándole la bola a los pies e intentando cerrar el punto en la red. Pero esa táctica se estrelló ante la seguridad del español. En cuanto el francés bajó el nivel de riesgo de su tenis, Nadal se convirtió en un muro infranqueable.

La derrota en el primer set tras haber tenido una ventaja de 3-1 fue el primer aviso. El segundo fue desperdiciar hasta ocho bolas de break contra Nadal en los tres primeros juegos e la segunda manga. A partir de ese momento ya no hubo más avisos y Nadal entró a matar sin contemplaciones. El mallorquín hizo su segundo break (3-1) y a partir de ese instante encadenó una racha de nueve juegos seguidos ganados en los que sólo perdió nueve puntos.

No hubo mucho más, a pesar de los esfuerzos de Forget por levantar la moral de Clement. De nada sirvió su esfuerzo ni el apoyo de sus compañeros en el banquillo que le pedían corazón y fuerza. Ayer el único que mostraba garra y fuerza sobre la arena de Alicante era Nadal y el premio llegó tras 2 horas y 12 minutos, después de haber perdido un primer match ball y dos juegos, antes de lanzar un revés al ángulo izquierdo de la pista de Clement que el francés no pudo ni tocar. Entonces Nadal se dejó caer sobre la tierra de espaldas para celebrar el éxito.